Madrid, España.

Investigadores de varios países han detectado bario, el elemento más pesado que se ha encontrado hasta ahora, en las atmósferas de dos exoplanetas que orbitan estrellas fuera del Sistema Solar, un descubrimiento inesperado que ha sorprendido a los propios científicos.

Los astrónomos han utilizado para ello el gran telescopio VLT (Very Large Telescope) que el Observatorio Austral Europeo (ESO) tiene en el desierto chileno de Atacama y hoy publican las conclusiones de su investigación en la revista Astronomy and Astrophisics.

El bario fue detectado a gran altura en las atmósferas de dos planetas gigantes gaseosos (el WASP-76 b y el WASP-121 b), que no son exoplanetas ordinarios y se conocen como Júpiter «ultracalientes», ya que son por su tamaño comparables a este planeta y tienen temperaturas superficiales extremadamente altas que superan los 1.000 grados.

Eso se debe, ha informado el ESO tras la difusión de ese trabajo, a su proximidad a sus estrellas anfitrionas, lo que también significa que una órbita alrededor de cada estrella necesita solo uno o dos días, y eso concede a estos planetas características muy exóticas, y por ejemplo en uno de ellos -en WASP-76 b- los astrónomos sospechan que a veces «llueve hierro».

Y ahora los científicos se han sorprendido al encontrar bario, que es 2,5 veces más pesado que el hierro, en las atmósferas superiores de esos dos planetas, ya que, por la alta gravedad de ambos, lo normal sería que los elementos pesados ​​como el bario cayeran rápidamente en las capas inferiores de la atmósfera.

El hecho de que se haya detectado bario en las atmósferas de estos dos «Júpiter ultracalientes» sugiere que esta categoría de planetas podría ser incluso más extraña de lo que se pensaba hasta ahora, según los investigadores, que han observado que aunque ocasionalmente se puede ver bario en los cielos de la propia Tierra -como el color verde brillante en los fuegos artificiales- la pregunta, de momento sin respuesta, es qué proceso natural podría causar que este elemento pesado se encuentre a altitudes tan altas en estos exoplanetas.

En el estudio de las atmósferas de los exoplanetas, los de estas características son extremadamente útiles, ya que al ser gaseosos y extremadamente calientes, sus atmósferas son muy extensas y, por lo tanto, más fáciles de observar y de estudiar que las de los planetas más pequeños o más fríos.

Determinar la composición de la atmósfera de un exoplaneta requiere un equipo muy especializado, y los astrónomos utilizaron en este caso un instrumento del gran telescopio que el ESO tiene en Chile para analizar la luz de las estrellas que se había filtrado a través de las atmósferas de esos planetas, lo que permitió detectar claramente varios elementos en ellos, incluido el bario.

La investigación ha estado dirigida por investigadores del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio de la Universidad de Oporto (Portugal) y en la misma han participado numerosas universidades y centros de investigación astronómica de Canadá, Suiza, Italia y España, entre ellos el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y el Centro de Astrobiología (CAB) -centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Ministerio de Ciencia y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial del Ministerio de Defensa-.