Uruguay.
El suicidio es la primera causa de muerte en adolescentes de 15 a 19 años en Uruguay, según un estudio presentado el martes, que apunta al impacto de la pandemia de coronavirus y llama a la prevención en todos los ámbitos.Uruguay, con 3,4 millones de habitantes, tiene una de las tasas de suicidio más altas del continente americano. Pero aunque este tipo de muerte aumentó en los últimos años en todos los grupos etarios, es entre los jóvenes donde se registra un incremento más pronunciado.

Así lo señala el informe «Suicidio en adolescentes en Uruguay: un análisis desde el sistema de salud», realizado por el Ministerio de Salud Pública con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo.

«Las cifras oficiales muestran que, en Uruguay, en el año 2021 se suicidaron 16,4 adolescentes de entre 15 y 19 años por cada 100.000 habitantes, ubicando al suicidio como la primera causa de muerte en esta franja», sostiene el reporte.

«Se estima que la pandemia por Covid-19 puede haber recrudecido los factores de riesgo de suicidio debido, entre otros, al aumento de los trastornos por consumo de alcohol y otras sustancias, ansiedad, depresión, violencia y sensaciones de pérdida», agrega.

El estudio, que analiza certificados de defunción e historias clínicas, muestra una «marcada masculinización» del suicidio adolescente, que aumenta con la edad: la relación es de casi 5-1 al llegar a los 19 años.

Tanto en varones como en mujeres, el método más utilizado para cometer suicidio fue el ahorcamiento (82%), seguido de lejos por el disparo de armas de fuego (10%). Y el lugar del deceso más frecuente fue el hogar (69%), frente a la vía pública (17,2%) y los centros de salud (17,11%).

Por otra parte, el diagnóstico por trastorno o enfermedad mental estuvo presente en casi la mitad de las historias clínicas analizadas, con la depresión, la ansiedad y el uso problemático de sustancias como las condiciones más frecuentes.

La ministra de Salud, Karina Rando, consideró «preocupante» la incidencia del suicidio adolescente en Uruguay, que catalogó como «un problema de salud pública» que el país espera revertir en los próximos años.

Entre las líneas de acción estatales, mencionó la creación de un grupo asesor adolescente para el desarrollo de políticas públicas, la elaboración de una guía de prevención, la formación de docentes y personal de salud para identificar factores de riesgo, un programa para fortalecer los vínculos de adolescentes con adultos referentes y la campaña masiva de comunicación «Ni silencio, ni tabú», lanzada con apoyo de Unicef.

En Uruguay se suicidaron 758 personas en 2021, la tasa más alta en los últimos 25 años (21,39 cada 100.000 habitantes) y más del doble que la media mundial.