La arqueología subacuática: ciencia y cultura de las profundidades

Guadalajara, Jalisco (México).

A través de hallazgos y estudios científicos, equipos de trabajo multidisciplinario de distintas partes del mundo nos proporcionan información sobre nuestros orígenes, pues con el paso del tiempo, todos los seres vivos que habitaron el planeta Tierra han dejado un registro de su existencia. 

Ahora bien, mucho se sabe de lo que existe sobre la superficie terrestre, pero, ¿qué sabemos de lo que yace en el fondo marino? La arqueóloga mexicana, Helena Barba-Meinecke, habló sobre ello en la charla  “Arqueología Subacuática con Helena Barba-Meinecke” en el festival educativo y multicultural, Papirolas en Guadalajara, México. 

Barba-Meinecke es representante de México en la reunión de Estados Partes de la Convención 2001 UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático y desde 2003, es la investigadora responsable de la oficina de Arqueología Subacuática Península de Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en México. 

Desde sus espacios se ha dedicado a la investigación de sitios arqueológicos que no sólo abonan a la ciencia, sino también a la cultura y a la formación de historia. 

Fuera de los tecnicismos científicos y palabras rimbombantes, Helena explicó a la audiencia que el patrimonio cultural subacuático “son todas esas historias sumergidas que habitan en las profundidades”. 

Asimismo, menciona que el esfuerzo internacional ha permitido conocer mucha de esta historia, ya que el océano está dividido de forma estratégica para que cada país implemente sus propios métodos de investigación y búsqueda. 

“Todo el patrimonio biosubacuático de un país inicia desde la costa hasta las próximas 200 millas náuticas que le preceden a su territorio”, dijo.

Al existir más agua que tierra en nuestro planeta, la investigadora reconoció como espacio para la investigación de arqueología subacuática a las cuevas, ríos, lagos, así como los océanos. 

«En estos lugares se ha encontrado patrimonio histórico y cultural del Pleistoceno. En el estado de Yucatán (México) han encontrado huesos de mujeres y hombres. La más antigua se identifica como “Naia” y es una mujer que vivió en la península de Yucatán. Estudios registran que tenía unas piernas muy fuertes, sufrió de hambrunas al menos dos o tres veces en su vida y fue testigo de una sequía. Muy probablemente su ciclo de vida terminó al caer en la fosa del “Hoyo negro”». 

El cambio climático en el registro de la historia

Por otro lado, Helena explicó que el cambio climático ha ido moldeando las formas de vida desde la prehistoria hasta nuestros días y esto se ve reflejado en los hallazgos arqueológicos de los que han sido partícipes.

“Con la degradación de la tierra y la subida del nivel del mar, los seres vivos se han adaptado y el registro ha quedado sepultado en diferentes niveles de la tierra desde el Pleistoceno (la más profunda) hasta nuestra actualidad (la superficie)”, explicó.

En esta misma línea, mencionó que muchas de las cuevas subacuáticas que conocemos hoy están inundadas a causa del cambio climático, pero que ha sido posible recuperar y restaurar piezas de culturas prehispánicas que dejaron registro de su existencia.

Vestigios que se vuelven parte del ecosistema marino

Por otro lado, barcos hundidos de las época de los vapores o hallazgos de la primera guerra mundial también han sido motivo de investigación, pues en sus interiores han encontrado joyas, anclas e incluso han logrado dar con las rutas de navegación. 

Al mismo tiempo, muchos de estos vestigios permanecen en las profundidades porque con el tiempo, lograron convertirse en arrecifes artificiales que alojan a miles de organismos.

“No es necesario sacarlos del agua. Con aparatología especial puede hacerse el registro científico. Estos arrecifes de coral, son bosques subacuáticos y todo aquel vestigio que estuvo bajo el agua o fuera de ella puede ser considerado patrimonio subacuático”, apuntó.

Un atlas de sitios arqueológicos en la península de Yucatán

En su labor como investigadora, Helena contó que las obras recientes por la construcción del Tren Maya, han dejado al descubierto más piezas que abonan a un rompecabezas histórico.

“Existen restos del meteorito que chocó con la Tierra. En nuestras investigaciones del subsuelo, hemos encontrado una canoa maya, cerámica, pinturas rupestres, entre otros”, contó. 

En este sentido, mostró que existen alrededor de 109 espacios mapeados en la península de Yucatán para integrar un atlas de sitios arqueológicos en esta área, además de 511 sitios subacuáticos.  

Una cultura marítima  

La investigadora hizo una invitación a la audiencia para acercarse a los espacios que guardan estas historias y a colaborar con los equipos de trabajo que se dedican a la búsqueda e investigación de patrimonio cultural en México. 

 “Sabemos más de la Luna que de nuestros océanos. Existe toda una investigación desde el punto de vista holístico y para el público hacemos museos. Los invito a desarrollar el gusto por hacer investigación”, concluyó.  

 Por: Denisse Godínez / NCC Iberoamérica