En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera del programa europeo Copérnico ha informado sobre el estado de su agujero sobre el Polo Sur, y al igual que el año pasado, supera en tamaño al continente antártico.
Durante la primavera en el hemisferio sur, de agosto a octubre, se forma un agujero en la capa de ozono situada sobre la Antártida, alcanzando su máximo entre mediados de septiembre y mediados de octubre.
Después, cuando las temperaturas en lo alto de la estratosfera empiezan a subir a finales de la primavera del hemisferio sur, el agotamiento del ozono se ralentiza, el vórtice polar se debilita y finalmente se rompe, y en diciembre, los niveles de ozono suelen volver a la normalidad.
Hoy, en el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera (CAMS) del programa europeo Copérnico ha ofrecido una actualización del tamaño de este agujero estratosférico, así como de la capa de ozono que protege a la Tierra de las propiedades nocivas de los rayos solares.
Tras un comienzo bastante normal, el agujero de ozono de este 2021 ha crecido considerablemente en la última semana, y ha alcanzado ya una extensión mayor que la de la Antártida, superando en tamaño al 75 % de los agujeros de ozono en esta fase de la temporada desde el año 1979.
Un agujero de tamaño similar al del año pasado
Según cuenta Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copérnico, «este año el agujero de ozono se ha ido desarrollando como se esperaba durante el principio de la temporada, parece bastante parecido al del año pasado, que tampoco fue realmente excepcional en septiembre, pero luego se convirtió en uno de los más duraderos registrados”.
”El vórtice es bastante estable y las temperaturas estratosféricas son aún más bajas que el año pasado, estamos ante un agujero de ozono bastante grande y potencialmente también profundo», advierte Peuch.
La vigilancia de la capa de ozono que lleva a cabo el CAMS utiliza la modelización por ordenador en combinación con las observaciones por satélite, de forma similar a las previsiones meteorológicas, con el fin de proporcionar una imagen tridimensional completa del estado del agujero de ozono.
Para ello, este servicio combina diferentes elementos de información disponibles, como mediciones en la parte ultravioleta-visible del espectro solar, que son de muy alta calidad, pero por falta de luz, no están disponibles en la región que aún se encuentra en la noche polar.
También se incluye otro conjunto de observaciones que proporcionan información crucial sobre la estructura vertical de la capa de ozono, pero que tiene una cobertura horizontal limitada.
Desde la prohibición de los halocarbonos, la capa de ozono ha mostrado signos de recuperación, pero es un proceso lento y habrá que esperar hasta la década de 2060 o 2070 para ver una eliminación completa de las sustancias que fomentan su eliminación.
Al combinar cinco fuentes de información diferentes, uniéndolas mediante su sofisticado modelo numérico, el CAMS puede proporcionar una imagen detallada de la distribución del ozono con una columna total, un perfil y una dinámica coherentes.
Según indican desde el programa Copérnico, resulta esencial mantener los esfuerzos de vigilancia para garantizar que el protocolo de Montreal (un acuerdo internacional para proteger la capa de ozono) se siga cumpliendo.
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