Holanda.

Estos son los invernaderos de Peter Wijnen. Durante años, su obsesión ha sido trabajarlos de la manera más sostenible. “Estamos cultivando 32 hectáreas de pimentón dulce. También tenemos pepinos ingleses largos y cosechamos unos 30 millones al año”, relató Wijnen.

Es una operación compleja en el cultivo, abono y cosecha del producto. Detrás hay un elaborado sistema de producción de energía para usar lo menos posible la corriente eléctrica.

Ese es el sistema de transporte y de calefacción. Es una tubería con agua a 55 grados. Ya sea el agua caliente de la planta de biomasa, por ejemplo, y el combinado de calor y electricidad es lo que va al invernadero”, agregó.

Durante la noche, el techo está protegido por persianas retráctiles para mantener el calor, lo que también ahorra energía.

Peter nos explica el sistema que construyó para que su planta funcione. “Este es un motor eléctrico de 20 cilindros y 3 megavatios. Lo que suministra el tubo amarillo es gas. La máquina produce 3 megavatios de electricidad y para enfriar la 3,3 megavatios térmicos, esa es la energía que utilizamos para calentar los invernaderos”, dijo Peter.

Peter utiliza solo el calor residual de su producción de electricidad que vende a la red holandesa. El problema ahora son los precios récord del gas. “Tengo una empresa verde, pero me veo obligado a volver a los combustibles fósiles al gas. No me gusta, pero tengo que sobrevivir”, relató Peter.

Su gran orgullo es su planta de biomasa que recicla los desechos verdes locales, incluidos los de sus propios vegetales. “Son restos provenientes de la zona de un máximo de 100 kilómetros”, dijo Peter.

Pero, ¿cómo funciona? “La biomasa viene de arriba, cae en la parrilla y luego se limpia todo y arriba con el calor generamos vapor y con el vapor electricidad”, destacó Peter.

Peter invirtió 30 millones de euros en este sistema energético. Solo grandes empresas pueden permitirse algo así. “Es difícil sobrevivir, incluso usando esta tecnología. El incremento de los costos es tan alto que espero que mis colegas puedan sobrevivir”, contó Wijnen. Pero Peter no está dispuesto a darse por vencido. Ya está planeando su propia planta solar.