La gente de la ciudad de Joal Fadiouth, en la costa de Senegal, vive de la pesca y el cultivo de arroz. Actualmente, la población teme no poder subsistir debido al cambio climático, ya que sube el nivel del mar y el agua saliniza las tierras de cultivo.
Para los cultivadores de arroz es una catástrofe puesto que ya nada crece y la tierra va cediendo al mar. Una iniciativa llevada a cabo por mujeres quiere detener la erosión con la siembra de manglares.
Estos árboles toleran la sal y sus raíces estabilizan el suelo. Así, surge un hábitat nuevo donde vuelven a aparecer pájaros, mariscos y otros animales.
Por: DW
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