Guadalajara, México.
Su producto es más barato; su uso, cómodo, estético, no daña la columna y dura más que los fabricados con silicona.
Cali es una palabra griega que significa “bello”, y es el nombre del proyecto a partir del cual fue desarrollada una novedosa prótesis mamaria para mujeres que tuvieron una mastectomía o extirpación de un seno por cáncer de mama.
Ésta es personalizada, evita la irritación en la piel y problemas de espalda. Esta prótesis fue ideada por Erik Adrián Muñoz Arellano, estudiante en Ingeniería Química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la UdeG, asesorado por la doctora en Ciencias de los Materiales, Inés Jiménez Palomar, Directora General de in Materiis y egresada de la Universidad Queen Mary, de Londres, Inglaterra.
La prótesis es diseñada con ayuda de un software asistido por computadora que permite fabricarlas a la medida de cada mujer. El material utilizado es un poliuretano termoplástico, una especie de plástico que tiene como característica que puede ser fundido y adquirir nuevas formas, lo que lo hace reciclable y no dañino para el medio ambiente.
Se trata de un material inteligente con memoria molecular, ya que si se hace bolita vuelve a adquirir su forma original y además permite la ventilación de la piel, por lo que previene la aparición de salpullido por irritación.
El material usado soporta las adversidades a la que puede ser sometida la prótesis, como puede ser el sudor de la mujer, exposición a agua clorada, como la de una alberca o salada, el agua de mar; en cambio, otras fabricadas con silicona, expuestas a estos factores, corren el riesgo de desbaratarse.
La porosidad del material con el que es fabricada la prótesis hace que el agua entre, pero que también pueda salir. Es decir, permite el flujo y el agua no es retenida, por lo que el líquido no la hace más pesada.
La vida útil del producto diseñado por Muñoz Arellano es de cinco años, y puede costar de 2 mil 500 a 3 mil 500 pesos, en comparación con los de silicona, que pueden durar un año o año y medio, y tener un costo que rondaría los 3 mil 500 y 15 mil pesos.
Hay siliconas demasiado densas, que dan el volumen adecuado al seno pero con peso excesivo. Hay una descompensación, y la columna vertebral se inclina con el fin de recuperar su estabilidad, lo que puede provocar malformaciones en cadera, columna y rodillas.
“Lo que buscamos con la personalización de la prótesis es que sea idéntica al seno y con el mismo peso, para que no haya una descompensación que pueda dañar la espalda”, describió Muñoz Arellano.
Se han realizado más de 300 pruebas en mujeres para afinar detalles del producto y están en espera del registro de patente, el cual podría obtenerse en cuatro o cinco meses.
Cali ha obtenido algunos reconocimientos. En el CUCSTank 2018, enfocado en resolver problemas en el área de ciencias de la salud, obtuvo el primer lugar y el cuarto a nivel nacional en ENACTUS México, en junio de 2018, en el que participaron 110 proyectos de universidades de todo el país.
Por: UdeG
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