Resende (Brasil).-

Brasil elevó hoy su capacidad de enriquecer uranio con la inauguración de una nueva cascada de ultracentrífugas pero sus metas de alcanzar la autosuficiencia y de dominar todo el ciclo de producción de energía nuclear depende de que el próximo Gobierno retome las inversiones en el proyecto.

La inauguración de la séptima torre de ultracentrífugas de la Planta de Enriquecimiento de Uranio que la estatal Industrias Nucleares do Brasil (INB) tiene en la ciudad de Resende, en el interior del estado de Río de Janeiro, fue considerada un marco en la historia de la industria nuclear de Brasil por el ministro de Ciencia y Tecnología, Gilberto Kassab, que encabezó la ceremonia.

Pero el propio ministro admitió que el futuro del proyecto depende de que el presidente que sea elegido el 7 de octubre próximo y que asuma en enero de 2019 retome las inversiones en el Programa de Energía Nuclear, reducidas a sus mínimos por los recortes presupuestaros del actual Gobierno.

«Nuestro objetivo es mostrarle al futuro Gobierno que ésta es un área prioritaria y presentarle los estudios que justifican que se mantengan las inversiones que son necesarias para que finalicemos lo más rápido posible el proyecto», dijo Kassab a Efe.

La Planta de Enriquecimiento de Uranio de la INB comenzó a producir en 2000 parte del combustible demandado por las dos centrales nucleares brasileñas de generación de energía (Angra I y Angra II).

La previsión del Gobierno es concluir la primera fase del proyecto en 2019 con la operación de diez cascadas de ultracentífugas, con las que tendría capacidad de atender cerca del 70 % de la demanda de uranio enriquecido de Angra I.

La segunda fase del proyecto, que se extendería hasta 2033, prevé la instalación de otras 30 torres de ultracentífugas, lo que le daría capacidad a la INB de abastecer el 100 % del uranio enriquecido demandado por las centrales nucleares de Angra I, Angra II y Angra III, esta última en construcción.

«El valor estimado para concluir el proyecto es de unos 2.500 millones de reales (unos 625 millones de dólares), por lo que es necesario que el futuro Gobierno comprenda la importancia de esta inversión», aseguró Kassab.

El ministro y dirigente del Partido Social Democrático (PSD) agregó que, dada la importancia del proyecto tanto para la tecnología del país como para el aumento de la generación de energía, «creo que, cualquiera que sea el Gobierno, tendrá plena conciencia sobre la importancia de esta inversión».

El titular de la cartera de Ciencia y Tecnología agregó que el dominio de todo el ciclo de producción no sólo garantiza la independencia del país para producir energía nuclear sino que representa una inversión productiva porque le brindará un ahorro al Tesoro Nacional, que actualmente sustenta la INB.

«Hoy nuestro presupuesto depende en un 30 % del Tesoro ya que el restante lo obtenemos con la venta de combustible para las centrales nucleares», admitió el presidente de la INB, Reinaldo Gonzaga.

«Si ya tuviéramos la capacidad para abastecer las tres plantas y en caso de que Angra III entre en operación (la construcción está paralizada por falta de recursos) podemos alcanzar la autosuficiencia financiera en 2026», agregó.

Pero de que el futuro Gobierno retome las inversiones en el proyecto también depende la posibilidad de Brasil de dominar todo el ciclo de producción de energía nuclear de forma autónoma.

Actualmente Brasil es autosuficiente, con tecnología propia, en seis de las siete fases del ciclo de producción de energía nuclear.

Ello debido a que el país, con una de las mayores reservas de uranio del mundo, extrae el mineral en sus yacimientos de Caetité y a que, en las plantas de la INB, ya enriquece el uranio isotópico, lo reconvierte en polvo de dióxido de uranio, lo concentra en las pastillas de combustible, agrupa las pastillas en los elementos combustibles y genera la energía en sus plantas nucleares de Angra.

La única fase que aún no domina es la de conversión del mineral ya beneficiado en Caetité (yellowcake) en hexafluoreto de uranio, es decir en el gas de uranio, que es el único estado en que este elemento puede ser enriquecido.

La Marina de Guerra, que desarrolló la tecnología propia para enriquecer uranio, una fase que sólo doce países en el mundo dominan, también desarrolló la tecnología para convertir el uranio en gas, pero el país aún no cuenta con la infraestructura para desarrollar esta etapa a escala industrial.

«Ya tenemos el conocimiento necesario para hacer la conversión a escala comercial y completar el ciclo. En breve, con las inversiones necesarias, alcanzaremos la autosuficiencia y la independencia en todo el ciclo de producción de energía nuclear», afirmó Gonzaga.

Por: EFE/Carlos A. Moreno