Los abanicos de madera reflejan la historia de la villa colonial de Cuba

Cuba.

Abanicos que cuentan la historia, José Miguel Cadalso se inspira en la tradición y el arte religioso de su ciudad natal, Trinidad, en Cuba, para diseñar abanicos de madera únicos. El ebanista tiene su galería en una casona del siglo XVIII del centro de esta villa colonial, ubicada a 350 kilómetros al sureste de La Habana.

“Los abanicos me ha tomado mayor tiempo porque cada vez le pongo un poco de experiencia nueva en cada varilla donde doy esa vistosidad de mi antepasado, como historia de mi comienzo en la restauración y como pudo ver con la manifestación arqueológica que es la base de este pueblo”, detalló Cadalso.

Cadalso tuvo su despertar creativo en 2003, cuando recién graduado de la Escuela de Oficios de Restauración de la Ciudad, con tan solo 17 años, se dio a la tarea de trabajar en un retablo de 1913 instalado en la Iglesia de la Santísima Trinidad. Durante dos años dedicó su tiempo libre a restaurar la obra.

“Este trabajo que realicé en la restauración de la Iglesia fueron trabajos manuales. Esa paciencia de meses. Me imaginé que tenía el mismo vestido de la responsabilidad de aquellas personas de la época”, relató Cadalso.

Para hacerse de la madera, recupera tablones y vigas cuando se modernizan los interiores de las antiguas casonas. Confiesa que le gustaría contar con más herramientas para su trabajo, pero agradece la reapertura del turismo en Cuba, que le ha permitido vender sus obras.

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