Ecuador.
Desde que nacemos o incluso desde el útero materno, somos capaces de distinguir ritmos. Al principio los latidos, la circulación y la voz de la madre, luego las melodías del mundo exterior. Aprendemos música desde el momento que estamos en el vientre.
“La madre es quien nos enseña a tener ciertas respuestas emocionales frente a un hecho sonoro”, dijo el músico Édison Meneses.
Un estudio científico publicado en la revista PlusOne concluye que los recién nacidos recuerdan las melodías que oyeron los tres últimos meses de su vida intrauterina. Al nacer y semanas después, los bebés mostraron respuestas cerebrales más fuertes al escuchar la misma canción, lo que sugiere que habían aprendido y recordado la melodía antes de nacer. Una prueba científica de que la música tiene un gran poder sobre el cerebro y nuestro cuerpo en general.
“Cuando escuchamos música, nuestras neuronas y las dendritas se empiezan a conectar, aprender. Entonces, toda esta conexión que hace a nivel cerebral es lo que hace que, automáticamente en todo nuestro cuerpo, se empiece a generar esta piel de gallina, que se nos paran los vellitos, porque recordamos, es lo que te mencionaba, siempre la música va de la mano a las emociones y los sentimientos”, explicó Paola Villalba, docente e investigadora.
El fuerte impacto emocional de la música se deriva de sus profundos efectos físicos, psicológicos y fisiológicos. La música puede estimular la liberación de neurotransmisores que afectan las experiencias de placer, al aumentar la producción de dopamina, la hormona de la recompensa, reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés y aumentar la inmunoglobulina a salival, un anticuerpo que fortalece el sistema inmunológico.
La velocidad de la música y la elección de acordes también provocan diferentes reacciones en las personas. Por ejemplo, la música más rápida tiende a inducir más emociones positivas que la música lenta.
Investigaciones muestran que la música, que se percibe como “feliz”, generalmente se ejecuta a un ritmo de entre 140 y 150 pulsaciones por minuto. Aunque invisible, la música tiene un efecto profundo en nuestra sensación de bienestar y hoy más que nunca se estudia el poder de los sonidos y la música como medicina.
Por: Universidad Técnica del Norte / Viviana Obando.
- Ecuador implementará apoyo a estudiantes con estrés y ansiedad - agosto 25, 2025
- UPV revisita Fondo de Arte para visibilizara mujeres artistas - agosto 25, 2025
- El impacto de la música en nuestro cerebro - agosto 25, 2025