Los hospitales públicos del Chocó: sin recursos y pacientes sin atención
EFE 
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Colombia.
En el departamento colombiano del Chocó hay crisis sanitaria. El Hospital Ismael Roldán es ejemplo de ello en Quibdó, pues ya lleva nueve meses sin cobrar, pero si sus empleados dejarán de trabajar la ciudad se quedaría casi sin atención.
Además, el otro hospital público que tiene Quibdó, fue intervenido hace tres años por el Estado por malos manejos, problemas que busca remediar la reforma a la salud del gobierno de Gustavo Petro.
Los pacientes se amontonan en las salas de espera, y las camillas de los pasillos, médicos y enfermeras, no dan abasto. “La situación financiera de la entidad es bastante crítica, toda vez que nuestros gastos que nos toca asumir mensuales, son mayores que nuestro nivel de recaudo. En la actualidad tenemos una facturación de 1,457 millones de los cuales alcanzamos a recaudar 1,100 millones. En la actualidad, tenemos un partido de 15 mil millones donde el 50% de ese pasivo está orientado a la deuda del talento humano, le debemos 8 meses al talento humano”, habló la gerente del Hospital Ismael Roldán, Osiris Casas.
Hospitales primarios atendiendo a poblaciones urbanas
Quibdó, capital del Chocó, departamento con la segunda tasa más alta de pobreza del país, ronda los 130 mil habitantes, pero este hospital de medicina primaria y preventiva, atiende a una población urbana potencial de unos 66 mil pacientes sin capacidad de intervenciones de cirugía o especialidades, al igual que el otro hospital público de la ciudad: el San Francisco de Asís.
Ante el cierre temporal del Hospital San Francisco de Asís, la presión sobre el Hospital Ismael Roldán se multiplica. Pacientes con patologías complejas acaban siendo remitidos, a duras penas, a Medellín que queda a 230 kilómetros por una carretera con continuos derrumbes y que vive cerrada, por lo que quedan abocados a retrasos en su tratamiento y complicaciones en los desplazamientos.
“Muchas veces tenemos pacientes con patologías crónicas o patologías que también son graves, en el cual llegan primero a una institución de mayor complejidad y exigen que primero vengan a un primer nivel donde igual el diagnóstico y el manejo va a ser el mismo, que es remitir al paciente, y entonces obviamente la oportunidad del servicio se va a ver un poco afectada”, apuntó Tulio Ramos, jefe de Urgencias del Hospital Ismael Roldán.
Osiris Casas, ve con optimismo lo que pueda acarrear la reforma de Petro y que hospitales como el suyo, dejen de depender de terceros y reciban directamente el dinero del Estado.
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