El telescopio espacial James Webb de la NASA ha captado las ‘travesuras’ de un par de estrellas jóvenes en formación activa, conocidas como Herbig-Haro 46/47, en luz infrarroja cercana de alta resolución.
Aunque este dúo estelar ha sido estudiado y observado por numerosos telescopios espaciales y terrestres desde la década de 1950, Webb ha tomado la imagen más detallada y de mayor resolución en luz infrarroja cercana. Las capacidades del telescopio le permiten mirar a través de una nebulosa oscura, llena de gas y polvo, que rodea a las estrellas. En las imágenes en luz visible tomadas por otros telescopios, la nebulosa azul parecía negra.
Para encontrarlas, el Webb ha rastreado los brillantes picos de difracción rosa y rojo hasta llegar al centro: las estrellas están dentro de la mancha blanca anaranjada. Están profundamente enterradas en un disco de gas y polvo que alimenta su crecimiento a medida que siguen ganando masa. El disco no es visible, pero su sombra puede verse en las dos regiones oscuras y cónicas que rodean a las estrellas centrales, detalla la agencia espacial estadounidense.
Los detalles más llamativos, agrega, son los lóbulos de dos caras que se abren en abanico a partir de las estrellas centrales en formación activa, representadas en color naranja ardiente. Gran parte de este material salió disparado de esas estrellas al ingerir y expulsar repetidamente el gas y el polvo que las rodean inmediatamente a lo largo de miles de años.
Cuando el material de las eyecciones más recientes choca con el material más antiguo, cambia la forma de estos lóbulos. Esta actividad es como una gran fuente que se enciende y se apaga en una sucesión rápida pero aleatoria, dando lugar a ondulaciones en el estanque que hay debajo.
Algunos chorros expulsan más material y otros se lanzan a mayor velocidad. ¿Por qué? Probablemente esté relacionado con la cantidad de material que cayó sobre las estrellas en un momento determinado.
Chorros claves en la formación estelar
Todos estos chorros son cruciales para la propia formación estelar. Las eyecciones regulan la cantidad de masa que acaban acumulando las estrellas —el disco de gas y polvo que alimenta a las estrellas es pequeño—. Se podría imaginar como una banda bien atada alrededor de las estrellas.
La segunda característica más prominente es la efervescente nube azul. Se trata, detalla la NASA, de una región de polvo denso y gas, conocida como nebulosa y, más formalmente, como glóbulo de Bok. Cuando se observa principalmente en luz visible, parece casi completamente negra: solo unas pocas estrellas de fondo se asoman a través de ella.
En la nítida imagen del Webb en el infrarrojo cercano, se puede ver dentro y a través de las capas difusas de esta nube, enfocando mucho más a Herbig-Haro 46/47, se revela al mismo tiempo una profunda gama de estrellas y galaxias que se encuentran mucho más allá. Los bordes de la nebulosa aparecen en un suave contorno naranja, como una L invertida a lo largo de la parte derecha e inferior.
Esta nebulosa es importante, ya que su presencia influye en la forma de los chorros lanzados por las estrellas centrales. Cuando el material expulsado entra en la nebulosa de la parte inferior izquierda, los chorros tienen más posibilidades de interactuar con las moléculas de la nebulosa, lo que hace que ambas se iluminen.
Como serpentinas en un viento cósmico
Hay otras dos zonas en las que fijarse para comparar la asimetría de los dos lóbulos. Mirando hacia la parte superior derecha se puede ver una masa con forma de esponja que parece separada del lóbulo mayor. Solo algunos hilos de material semitransparente apuntan hacia el lóbulo mayor. Detrás de él, como serpentinas en un viento cósmico, parecen flotar formas casi transparentes en forma de tentáculos.
En cambio, en la parte inferior izquierda, si miramos más allá del lóbulo grande, vemos un arco. Ambos están formados por material que fue empujado más lejos y posiblemente por eyecciones anteriores. Los arcos parecen apuntar en direcciones diferentes y pueden haberse originado a partir de flujos de salida distintos.
En otro vistazo a la imagen, aunque parezca que Webb ha captado Herbig-Haro 46/47 de canto, uno de los lados está ligeramente inclinado hacia la Tierra. Contraintuitivamente, es la mitad derecha más pequeña. Aunque el lado izquierdo es más grande y brillante, está apuntando lejos de nosotros.
Un fondo de galaxias
Durante millones de años, las estrellas de Herbig-Haro 46/47 se formarán completamente, despejando la escena de estas fantásticas eyecciones multicolores, permitiendo que las estrellas binarias ocupen el centro del escenario sobre un fondo lleno de galaxias, señala la agencia.
Webb puede revelar tantos detalles en Herbig-Haro 46/47 por dos razones. El objeto está relativamente cerca de la Tierra, y la imagen de Webb se compone de varias exposiciones, lo que aumenta su profundidad.
Herbig-Haro 46/47 se encuentra a solo 1.470 años-luz de distancia, en la constelación de Vela.
El telescopio espacial Webb es una inversión en innovación estadounidense, pero también una hazaña científica hecha posible con los socios internacionales de la NASA: la ESA y la agencia espacial canadiense.
Por: SINC.
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