México.

El lugar donde me encuentro ahora es la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, santuario, el rosario, en las montañas del centro del estado de Michoacán, México. La Mariposa Monarca, una de las especies más legendarias de América, cada año emprende un viaje impresionante, una expedición de vida. Cada noviembre, parten desde el frío Canadá y Estados Unidos, cruzando pastos territorios hasta llegar a los bosques de Pino, en las altas montañas de México, donde pasan el invierno.

“Visitantes de todas partes del mundo, entonces es lo que queremos que las futuras generaciones sigan disfrutando de este fenómeno excepcional en la naturaleza, por eso es que hacemos un trabajo minucioso con las comunidades y no solamente en esta temporada sino actividades que implican la conservación de los bosques durante todo el año. Trabajan mucho el tema de la parte de educación ambiental con las comunidades, con los ejidos, con los hijos de ejidatarios, de comuneros, con las escuelas de diferentes niveles educativos para promover la conservación de estos bosques de los sitios hibernación y desde luego de la mariposa monarca”, destacó Amado Fernández, Director de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca.

México y China comparten objetivos comunes en la conservación de la biodiversidad y las enormes posibilidades de colaboración en áreas como la investigación científica, monitoreo y educación ambiental. Esperamos que en el futuro, a través del intercambio de tecnología y experiencias, ambos países puedan avanzar juntos en la protección a largo plazo de las mariposas monarca y sus hábitats. 

“Yo creo que hay una gran oportunidad para establecer lazos de cooperación. Digo, China, igual que México, están comprometidos con la conservación de la biodiversidad. Y justamente ahí es donde hay una gran oportunidad de colaboración en términos de investigación, en términos de monitoreo, en términos de educación ambiental. En términos de compartir este avance tecnológico que pudiéramos tener entre ambos países para fortalecer estos lazos de investigación y de cooperación”, acentuó Fernández.

La danza de las mariposas monarca parece ser una celebración que la naturaleza nos ha regalado. Ojalá, como lo espera Fernández, que en el futuro, gracias a la ciencia y los esfuerzos conjuntos de cooperación internacional, podamos crear un hogar más seguro para las mariposas monarca para que su milagroso viaje continúe de generación en generación sin fin.

“Por último, comentar que desde la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas trabajamos cada día para salvar los tesoros naturales en nuestro país, pero este esfuerzo de ser luego no puede hacerse en solitario. La protección de nuestras Áreas Naturales Protegidas requiere del compromiso de todos, de los ciudadanos, de las comunidades y de los diferentes sectores que trabajan en el territorio. Por eso te invitamos a tomar acción, ya sea cuidando estos espacios que visitas, participando en proyectos de conservación o simplemente difundiendo la importancia de preservar nuestro entorno. Juntos podemos garantizar que estas maravillas sigan siendo fuente de vida e inspiración para las generaciones futuras”, concluyó Fernández.