Moscú, 29 jun (EFE).- La Plaza Roja ha visto muchos paradas, la mayoría de ellas con tanques y soldados, pero nunca antes habían marchado tan cerca del corazón de Moscú esqueletos y calaveras de un desfile del Día de los Muertos, la fiesta mexicana con más identidad nacional.
El culto que le rinden a la muerte los mexicanos es único, y ahora que decenas de miles de aficionados del país norteamericano han venido a Rusia para seguir a su selección en el Mundial, los rusos han podido ver con sus propios ojos la peculiar alegría con la que se puede honrar a los difuntos.
El desfile de este viernes tenía que recorrer la mismísima Plaza Roja, pero finalmente la fiesta se trasladó a muy pocos metros, a la Casa México desplegada en el histórico recinto Gostiniy Dvor en el marco del proyecto «Una Probadita de México», dedicado a la promoción de la cultura y la gastronomía del país latinoamericano.
Los moscovitas se dieron cuenta nada más empezar el Mundial que los mexicanos contagian su alegría por donde van, y por eso la Casa México siempre está a rebozar de gente con ganas de música, baile y gozo.
Miles de personas llenaron Gostiniy Dvor para disfrutar del colorido espectáculo que se vivió en el escenario de la Casa México.
«He viajado a México, y aunque no coincidió con el Día de los Muertos, sí vi un funeral en una pequeña ciudad. Era tan alegre que parecía una boda. Creo que es una bonita tradición. Quizás así es como deberíamos despedir todos a nuestros seres queridos», dijo a Efe Elena, una moscovita habitual en la «Probadita».
Dulces en forma de huesos y calaveras con el nombre inscrito de los difuntos, divertidas imágenes de esqueletos y calaveras, y sobre todo los famosos altares que construyen todos los años familiares y amigos a sus seres queridos fallecidos: toda esta tradición ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
La especial relación de los mexicanos con la muerte -enraizada en los ritos de los pueblos indígenas que habitaban sus tierras en la época precolombina y que encuentra su máxima expresión en las celebraciones populares de cada 1 y 2 de noviembre- sorprende en otros países por su carácter festivo.
También los rusos tienen arraigadas costumbres de recordar lejos de la tristeza a los que se han ido para siempre, en torno a mesas repletas de comida y vodka, y aunque son muy pocas las similitudes con la tradición mexicana, el gusto por la vida es algo que une a los dos países.
Los rusos, amigos y familiares de un difunto, comen todos juntos después de un funeral y vuelven a hacerlo a los cuarenta días y al año del fallecimiento.
Son muy pocos los rusos que han viajado a México -demasiado lejos para ser un destino habitual y asequible-, pero el desfile del Día de los Muertos ha despertado el interés de muchos, que han acudido a la Casa México.
«Me gusta la idea del Día de los Muertos. La alegría, la estética, los trajes. Que no haya tristeza ni pensamientos de que todos nos vamos a morir. Me ha encantado lo que he visto aquí y me encantaría verlo en México», dijo a Efe Tatiana.
La «Probadita de México», que seguirá abierta al pública hasta el próximo 3 de julio, esta siendo un éxito total, con más de 5.000 visitantes todos los días.
En estos días ha ofrecido conciertos de cantantes mexicanos, un desfile de moda, gastronomía y también la posibilidad de ver los partidos del Mundial en pantallas gigantes colocadas en distintos puntos del recinto.
Esta no es la primera vez que «Una Probadita de México» se presenta con éxito en citas mundialistas, y así se estrenó en 2006, durante el Mundial de Alemania.
Gracias al éxito de la primera edición, volvió a exhibir la diversidad de México en otras siete ocasiones durante diversos eventos, entre ellos el Mundial de Sudáfrica de 2010. EFE
Arturo Escarda
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