Honduras.
Una de cada cinco mujeres en el mundo ha tenido un hijo antes de los 18 años y cada año se producen 16 millones de nacimientos de mamás adolescentes. En las regiones más pobres del planeta, una de cada tres mujeres son madres en la adolescencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tener un hijo a temprana edad conlleva muchos riesgos, tanto para la madre como para el bebé.
El ginecólogo José Espinal explica las complicaciones que puede tener una adolescente en su proceso de embarazo:
“En la madre, cuando es joven, el cuerpo no se encuentra totalmente preparado para llevar un embarazo de manera adecuada. Puede haber parto pretérmino o amenaza de aborto en el inicio del embarazo. Para el bebé, es en términos de cuidado pues cuando son muy jóvenes no tienen la madurez física y psicológica para comprender la dificultad del embarazo, entonces no tienen los cuidados necesarios y provoca que los bebés nazcan con complicaciones”.
Como físicamente no se encuentran desarrolladas en su totalidad para dar a luz de manera natural, tienden a complicarse y a necesitar cesáreas de emergencia, eso como complicación al momento del parto. Entre los riesgos y consecuencias que encontramos está: la mala nutrición, partos prematuros, bajo peso, trastornos del desarrollo, bebés con malformaciones y complicaciones psicológicas como el miedo a ser rechazadas socialmente.
Informes de la OMS, detallan que el embarazo durante la adolescencia obstaculiza el desarrollo psicosocial de las adolescentes: se asocia con resultados deficientes en materia de salud, tanto para ellas como para sus hijos, por lo que se pide apoyo en las campañas de prevención del embarazo en las adolescentes.
Por: Andrea Torres / STVE.
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