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El cine contemporáneo busca nuevos imaginarios sobre la comunidad transgénero

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Guadalajara, Jalisco.

 

El cine es un espacio que permite contar historias que permean en la vida de las personas, es por eso que más allá de ser importante, se vuelve necesario poder representar a todo el que consume.

En la charla “La representación trans en el cine contemporáneo” en el Festival Internacional del Cine en Guadalajara (FICG), se habló sobre cómo retratar en la pantalla las personas transgenero y las realidades que los atraviesan de forma correcta y respetuosa.

En este panel participaron los directores y guionistas de cine Estibaliz Urresola, Gisela Delgadillo y Vuk Lungulov-Klotz a la par de la escritora y activista Yolanda Segura como moderadora.

“Hay mucho camino por recorrer en relación a la inclusión”, con esta frase, Segura abrió el panel e invitó a los participantes a contar sus experiencias filmando un cine con narrativas que representan a la comunidad trasngenero.

Gisella mencionó que durante la realización del documental “Kenya” se dio cuenta de que se trata de una población que se enfrenta constantemente a una realidad muy dura y violenta donde “se tiene que decidir hacia donde se apunta la cámara porque o planteas otra realidad o refuerzas estereotipos y le sumas a los estigmas. «Para mí este documental es una historia de lucha y quería encontrar una vía que me permitiera contar cosas que no sabíamos”.

En esta misma línea, Estibaliz comentó que para realizar el largometraje “20,000 especies de abejas” en la que aborda la historia de una niña de 8 años que está en busca de encontrar su identidad, se dedicó a realizar investigación cualitativa en la que tomó en cuenta los relatos de muchas familias que tienen hijos trans entre los 12 y 15 años.

“Retratarlo desde la oportunidad que genera el acompañamiento de una familia, en la que todos se pudieran ver desde una forma nueva y más auténtica”.

Por su parte, Vuk habló de “Mutt” una película que retrata la vida de una jóven trasgenero que se enfrenta los desafíos diarios de vivir una vida intermedia. “Para mí era importante crear un espacio en el que la tristeza no fuera el foco. Yo quería hacer ver que somos personas normales haciendo cosas normales”.

Un discurso político dentro de las dinámicas íntimas

En la charla, los participantes explicaron su forma personal de representar en sus narrativas cómo se manifiestan las posturas de la comunidad trasngero dentro de sus vínculos afectivos y sociales y cómo estos permean no sólo a esa población sino también a las personas que les rodean.

“Hay una responsabilidad que se le pone a la gente trans sobre qué significa ser trans y enseñárselo a tu familia. Yo traté de hacer una producción con empatía y saber que a veces no decimos las cosas correctas pero se puede aprender. Simplemente nosotros existimos”, comentó Vuk.

“Yo retraté la historia de una niña y su madre, pero hay elementos que permiten detectar espacios para empatizar con la situaciones de la familia y cómo estas lo viven y lo perciben”, dijo Estibaliz.

Por su parte, Gisella comentó que se trata de una lucha que se lleva a la cámara con convicción. «Lo político se vuelve personal. Indignarse es político y desde la propia historia vas creando una conciencia sobre eso».

¿Cómo dejar de revictimizar en el cine?

Yolanda cuestionó a los invitados sobre la forma en que sus trabajos dialogan o discuten con los discursos que priman al representar a este tipo de identidades.

“Tiene que ver con que estamos retando el orden patriarcal y capitalista. Y los discursos que creamos están retando a un sistema político”, apuntó Estibaliz.

Ella explicó que, desde su obra, trataba de dejar un impacto desde otra óptica, “abrazar al personaje de Lucía para generar vivencia desde otro lugar. Mostrar a este personaje más allá de lo trans. Ver que Lucía se encuentra con otra niña y ella no le cuestiona nada, simplemente solo hacen cosas que harían las niñas: jugar».

Estibaliz explicó que ella esperaba generar un impacto en las infancias y que para ello preparó una pieza que permitiera sentir identificado a su público de forma amable y respetuosa.

“Yo sabía que muchos niños iban a ver esta película y quería que se sintieran identificados porque el cine no sólo produce realidad, produce imaginarios nuevos y hay que mostrar que existen formas distintas de vivir y que están bien», expresó.

Por otro lado, Delgadillo mencionó que, pese a no tener un acercamiento previo a la comunidad antes de realizar el documental, se dio cuenta de que existen muchas estructuras tradicionales que se están moviendo y contar esta historias “es revolucionario y liberador para todos, no solo para las personas trans. Tenemos una deuda social con ellos y espero que esta película abone y sirva para sensibilizar. Que a través de esta historia y otras historias podamos accionar».

Delgadillo aseguró que no solo se trata de hacer productos audiovisuales que generen sentimientos, sino de darle vuelo al tintero para crear cosas que permitan cambiar las situaciones y condiciones de vida para estas comunidades.

Por: Denisse Godínez / NCC Iberoamérica.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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