México.

Con la diversificación de las narrativas audiovisuales y el acceso a plataformas digitales, el cine nacional vive un periodo de transformación constante en la lucha por recuperar la taquilla nacional.

“Este panorama que es el que habitamos hoy, en donde es quizá el más diverso que ha tenido el cine mexicano en su historia, porque ahora el documental tiene una fiebre creativa tremenda, hoy en día el cine dirigido por cineastas, por mujeres también, y también un cine relativamente descentralizado en sus historias, no en la producción, pero sí en las historias”, explicó Sergio Huidobro, investigador y crítico de cine de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A pesar del auge en producción de géneros cinematográficos como el documental, las cifras de asistencia al cine han descendido un 88% en comparación al 2019, de acuerdo a cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica.

Si bien la implementación de una cartelera de cine mexicano en diversas plataformas de streaming representa una vía de acceso al cine nacional, captar el interés del público por consumir cintas mexicanas aún es uno de los retos más importantes que enfrenta la industria.

Está todavía el enorme reto de la distribución, la exhibición y el conectar nuevamente con sus audiencias a un nivel mucho, mucho más amplio”, agregó Sergio.

En 2021, aproximadamente 60% de las películas producidas en México se realizaron con recursos públicos de los diversos programas de fomento a la producción cinematográfica, de acuerdo a IMCINE.

Sin embargo, esta cifra también representa un importante riesgo para el sostén de la industria nacional. “Mientras estemos hablando de que se necesitan estrictamente apoyos para el cine nacional, entonces no estamos realmente construyendo una plataforma de exhibición o de conversación pública, porque si hay apoyos, entonces no, eso quiere decir que no eres autosuficiente. Entonces, los apoyos tendrán que estar destinados a que dejen de ser necesarios los apoyos de forma recurrente”, resaltó el crítico de cine.

“La academia y la industria están divorciadas, también están muy separadas, entonces no es posible generar una escuela de realización mexicana, porque los teóricos estamos por un lado, lo realizados por otro y nunca nos juntamos, nunca nos reunimos, nunca lanzamos un proyecto, dicho en pocas palabras no hemos sistematizado nuestros procesos de producción audiovisual y cinematográfica en particular”, complementó Noé Sotelo, un investigador cinematográfico.

Crear una sólida industria cinematográfica en México requiere de una responsabilidad compartida entre quienes generan el financiamiento y la exhibición de películas, los creadores al diversificar los contenidos en pantalla y las audiencias al darle una oportunidad a una cinta mexicana entre todas las que ofrecen en cartelera.

Por: TV UNAM.