Reino Unido.
Los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostienen que es “poco probable” que el brote de la viruela del mono se convierta en una pandemia como la de COVID-19 a pesar de su rápida expansión en el último mes.
No creemos que este brote vaya a suponer el inicio de una nueva pandemia porque es un virus ya conocido, tenemos las herramientas para controlarlo y nuestra experiencia nos dice que no se transmite con tanta facilidad en humanos como en los animales”, declaró ayer Rosamund Lewis, experta en viruelas de la institución.
Por el momento, desde que Reino Unido informó del primer caso confirmado el 7 de mayo, la entidad supranacional ha recibido notificaciones de un total de 257 casos confirmados en laboratorio y unos 120 sospechosos en 23 países. En España se han confirmado 98 casos hasta la fecha, según declaró el Ministerio de Sanidad el pasado viernes.
Un problema leve e inusual
Aunque el riesgo de que suponga un problema grave de salud pública es bajo, Lewis apuntó que la situación es “inusual” porque el virus se está propagando rápidamente en países donde no es endémico (solo lo es en países de África central y occidental).
Por ello, instó a las autoridades a trabajar de forma conjunta con la OMS para aplicar las medidas necesarias que ayuden a contener el brote. La experta declaró que, de los 257 casos confirmados, ninguno está relacionado con viajes a países donde este tipo de viruela es endémica y, por tanto, siguen estudiando el origen del brote.
Factores de transmisión de la viruela del mono
En cuanto a la transmisión de esta enfermedad –cuyos principales síntomas son fiebre, dolor muscular, cansancio y pequeños sarpullidos en la piel–, los estudios preliminares señalan que las principales vías de contagio son el contacto estrecho con heridas, fluidos corporales y materiales contaminados como ropa o cubiertos de una persona infectada.
“Hasta la fecha no existen evidencias de que las madres lactantes infectadas porten el virus en la leche, aunque existe un alto riesgo de contagio del bebé durante el proceso de lactancia debido a que es necesario un contacto estrecho con la piel”, indicó Lewis. “Hay alta probabilidad de transmitir el virus a través de la boca donde se concentran úlceras altamente infecciosas”.
Las recomendaciones de la OMS para la contención del virus radican en el aislamiento de los positivos, cuyo periodo de contagio se extiende de cinco a 21 días, el lavado frecuente de manos y la desinfección de ropa y objetos que hayan podido estar en contacto con una persona infectada.
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