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Metales pesados: los enemigos invisibles que están por todas partes

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Por: Saulo Israel Sánchez Santamaría, José Luis Servín González, Carlos Fernando Villalpando Durán y otros*, Universidad de Guanajuato.

Te has preguntado por qué los metales pesados podrían ser un riesgo para tu salud? Debido al incremento de actividades humanas como procesos industriales, ganaderos y producción de alimentos, la preocupación por la contaminación de metales pesados en nuestro entorno debería aumentar.

El problema es amplio, todos nos encontramos con un riesgo latente de exposición. El contacto no se limita a los individuos que manipulan primero estos elementos, se extiende hasta aquellos que se encuentran cercanos sin saberlo como nuestros niños, en los que se afecta particularmente su desarrollo.

Primero ubiquemos qué es un metal pesado. Es descrito como un elemento químico metálico o metaloide que es tóxico para el medio ambiente y para el ser humano.

Cuando uno de estos elementos entra en contacto con nuestro cuerpo se pueden desencadenar enfermedades, destacando afectaciones en órganos vitales, cáncer y finalmente la muerte.

El rey de los venenos podría estar en el agua potable…

La principal fuente de exposición al arsénico es el agua potable contaminada; se utiliza en construcción, pirotecnia, metalurgia y se puede encontrar en productos de origen animal y cereales.

La intoxicación inicia con síntomas generales inespecíficos (malestar general, fatiga, dolor de cabeza, mareo, fiebre, náusea, vómito y dolor abdominal). Progresa con sangre en orina hasta dejar de orinar. A largo plazo, la piel cambia de color, los glóbulos rojos se destruyen y se desarrolla cáncer (piel, pulmón, hígado, riñón, vejiga), infertilidad, abortos, problemas cardíacos y daño cerebral.

Para dimensionar, una pequeña dosis de 2 mg/kg ¡mucho menos de lo que pesa un grano de arroz! y cantidades superiores han llegado a causar la muerte en humanos.

Los peligros del mar que no conocías

El mercurio se encuentra principalmente en los mariscos. También se utiliza para crear instrumentos cotidianos como termómetros, bombillas, insecticidas, pigmento rojo en pinturas, entre otros.

Las manifestaciones iniciales de la intoxicación son irritación pulmonar, irritación de los ojos, erupciones en la piel, vómitos y diarrea. A largo plazo puede ocasionar enfermedad renal crónica, alteraciones de la conducta, estado de ánimo y del sueño; problemas reproductivos (abortos, infertilidad y mortinato). Disfunción de glándulas como la tiroides y la glándula suprarrenal; anemia, enfermedades del corazón y vasos sanguíneos (infartos, niveles altos de colesterol).

En los niños, el cuadro es similar a los adultos, en general se incluye dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, vómito, bajo peso al nacer y las alteraciones antes mencionadas.

El peligroso brillo de tus utensilios de cocina, el cromo

El cromo es el elemento más abundante en la superficie de la Tierra, el cual se utiliza en utensilios de cocina, cerámica, curtiduría (forma de exposición más común en México), colorantes, textiles, preservación de madera, entre otras cosas. Puede encontrarse en alimentos como frutas, vegetales, levaduras, carnes, mariscos y granos.

Hay una gran variedad de formas de cromo (0, III y VI). Una de las formas de exposición principal es al ingerir alimentos enlatados o mediante el uso de utensilios de cocina de acero inoxidable. Las personas también pueden contaminarse al absorberlo por la piel o inhalarlo.

La intoxicación puede tener manifestaciones como vómitos, diarrea, indigestión, malestar estomacal y dolor abdominal; reacciones alérgicas y erupciones en la piel. Mediante inhalación puede haber tos, irritación y sangrado en la nariz, problemas respiratorios y cáncer de pulmón (que es donde se absorbe más). En niños se altera su neurodesarrollo. A largo plazo debilita el sistema inmune, daña riñones e hígado, irrita los ojos y finalmente causa la muerte.

¡Un, dos, tres…por el plomo que se esconde en los juguetes!

El plomo tiene múltiples usos en la actualidad, los más comunes son repuestos electrónicos, municiones y proyectiles, juguetes, material de vidrio, equipo deportivo, material para construcción y contenedores para sustancias corrosivas. Debido a que su sabor es dulce, se puede encontrar en múltiples alimentos sin siquiera percibirlo.

En un estudio en dulces mexicanos Marcela Tamayo, del Instituto Nacional de Salud Pública, y otros en 2018 reportaron niveles bajos de plomo que sobrepasaron el nivel recomendado, es una fuente particularmente importante de exposición en nuestros niños.

Se han identificado dos formas principales de exposición: inhalación e ingestión. La intoxicación inicia con síntomas como: náusea, vómito y dolor abdominal. El riesgo está relacionado con el tiempo que se acumula el metal en el cuerpo, se puede encontrar el depósito de plomo en huesos y dientes como un dato sumamente visible.

A largo plazo, principalmente en niños, se presentan trastornos de la conducta y el aprendizaje. En adultos se observa con mayor frecuencia: destrucción de células del riñón, hipertensión, producción anormal de espermatozoides, reducción del libido, infertilidad en hombres y abortos espontáneos en mujeres.

El cadmio no se queda en el cenicero, se queda en tus pulmones

La principal fuente de exposición al cadmio es la comida, ya que está presente en prácticamente todos los alimentos en concentraciones bajas, especialmente en cereales y vegetales. También está en partículas en la atmósfera, fertilizantes y lodos de aguas residuales producto de actividades humanas. El tabaquismo es una fuente importante de exposición por la vía respiratoria.

La exposición inhalada puede ocasionar efectos inflamatorios en los pulmones y riñones; cuando es mediante vía oral genera toxicidad en riñones y huesos. Los órganos que presentan mayor cantidad de cadmio acumulado tras su absorción son los riñones y el hígado. A largo plazo, se presenta enfermedad renal crónica, cirrosis hepática, debilidad de los huesos, cáncer (de mama, útero y próstata) y en los niños defectos en el desarrollo neurológico.

¿Cuál es la situación en México?

En los últimos 5 años se han realizado varios estudios en México, destacando las investigaciones en cuerpos de agua, pues se contaminan y sirven como fuente de riego para cultivos, suministro de agua para ganadería y tienen importancia en la actividad pesquera.

Numa Castro, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y otros en 2018 determinaron el riesgo para la salud en una población rural en la subcuenca Alto Balsas en Tlaxcala y Puebla. Realizaron cálculos de riesgo, entre ellos el riesgo de cáncer en adultos y niños expuestos por ingestión, absorción por piel e inhalación de metales pesados en el suelo agrícola y se determinó que el mayor riesgo fue para adultos, hombres, que tuvieron contacto con cadmio y cromo.

Asimismo,  se revisó el impacto de los metales pesados en la contaminación de productos de consumo; como lácteos, productos enlatados o juguetes. Castro en 2017, estimó la concentración de metales pesados en productos lácteos (queso ranchero y Oaxaca) producidos en áreas con distribución de agua residual en el estado de Puebla.

La concentración de plomo alcanza el nivel máximo basado en los estándares europeos; sin embargo, son normales para los estándares mexicanos. Se encontraron concentraciones elevadas de plomo en estos quesos considerándolos potenciales riesgos para la salud por la concentración elevada que se midió de plomo y arsénico.

Recientemente Alejandro Alegría, de la Universidad de Guanajuato, y otros en 2019, determinó niveles elevados de plomo y arsénico en sangre y orina de niños de una primaria cercana a la zona industrial de Salamanca, con un posible daño en su material genético, demostrando los peligros en poblaciones jóvenes.

A manera de conclusión

A pesar de que estamos en contacto con metales pesados nos falta percibir que están ahí y que pueden enfermarnos. Es una situación preocupante a la que apenas se le está prestando atención, en la ENSANUT 2018 se hizo la primera detección de plomo en sangre a nivel nacional, este informe se puede encontrar en el siguiente enlace:

Se deben crear estrategias en nuestro país para el manejo de esta problemática con la implementación de legislaciones que impacten en las industrias, logrando un manejo óptimo de los residuos y un mejor análisis de la población que pudiera estar expuesta a estos metales.

Abogamos por que ya no se desechen contaminantes a nuestros lagos y ríos, que podamos lograr un mejor control de calidad en los alimentos y productos que todos consumimos y por remediar los ecosistemas dañados.

Referencias:

Al osman, M., Yang, F., & Massey, I. (2019). Exposure routes and health effects of heavy metals on children. Biometals32(4), 563-573. https://doi.org/10.1007/s10534-019-00193-5

Alegría-Torres, J., Pérez-Rodríguez, R., García-Torres, L., Costilla-Salazar, R., & Rocha-Amador, D. (2019). Exposure to arsenic and lead in children from Salamanca México, effects on telomeric lengthening and mitochondrial DNA. Environmental Science And Pollution Research27(6), 6420-6428. https://doi.org/10.1007/s11356-019-07108-4

Andreoli, V., & Sprovieri, F. (2017). Genetic Aspects of Susceptibility to Mercury Toxicity: An Overview. International Journal Of Environmental Research And Public Health14(1), 93. doi: 10.3390/ijerph14010093

Briffa, J., Sinagra, E., & Blundell, R. (2020). Heavy metal pollution in the environment and their toxicological effects on humans. Heliyon6(9), e04691. https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2020.e04691

Masindi V, Muedi K. Environmental Contamination by Heavy Metals. Heavy Metals. 2018;

Tamayo-Ortiz, M., Sanders, A., Rosa, M., Wright, R., Amarasiriwardena, C., & Mercado-García, A. et al. (2020). Lead Concentrations in Mexican Candy: A Follow-Up Report. Annals Of Global Health86(1). https://doi.org/10.5334/aogh.2754

Lecturas recomendadas:

Castro – González, N., Calderón – Sánchez, F., Pérez – Sato, M., Soní – Guillermo, E., & Reyes – Cervantes, E. (2018). Health risk due to chronic heavy metal consumption via cow’s milk produced in Puebla, Mexico, in irrigated wastewater areas. Food Additives & Contaminants: Part B12(1), 38-44. https://doi.org/10.1080/19393210.2018.1520742

Castro-González, N., Calderón-Sánchez, F., Moreno-Rojas, R., Moreno-Ortega, A., & Tamariz-Flores, J. (2017). Health risks in rural populations due to heavy metals found in agricultural soils irrigated with wastewater in the Alto Balsas sub-basin in Tlaxcala and Puebla, Mexico. International Journal Of Environmental Health Research27(6), 476-486. https://doi.org/10.1080/09603123.2017.1386767

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*Saulo Israel Sánchez Santamaría, José Luis Servín González, Carlos Fernando Villalpando Durán, Marcos Javier Romero Vázquez, Ana Xanery Martínez Gómez. Estudiantes de la licenciatura en Médico Cirujano, Departamento de Medicina y Nutrición, División de Ciencias de la Salud, Universidad de Guanajuato, Campus León.

Asesor: Jorge Alejandro Alegría Torres, Doctor en Ciencias (Biología). Profesor- investigador adscrito al Departamento de Farmacia, División de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad de Guanajuato, Campus Guanajuato.

Publicación original: https://ciencia.unam.mx/leer/1261/metales-pesados-los-enemigos-invisibles-que-estan-por-todas-partes

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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