Restauradores devuelven esplendor a obras patrimoniales de Buenos Aires

Argentina.

Un equipo de expertos especializados en la preservación de obras patrimoniales al aire libre se encarga de restaurar el patrimonio cultural del cementerio de la Recoleta, necrópolis emblemática de la ciudad argentina de Buenos Aires, donde reposan los restos de figuras claves de la historia del país sudamericano como héroes de la independencia, expresidentes o la primera dama Eva Perón.

La tarea está a cargo del Área de Conservación y Restauración de la Gerencia Operativa del cementerio. Su responsable, Miguel Crespo, explicó la labor que se realiza para restaurar valiosas esculturas expuestas a la intemperie.

“La tarea que llevamos adelante es restaurar obras que requieren una intervención por su estado de conservación, acotados en el conjunto del sitio a los sepulcros que tienen declaratoria de sepulcro histórico nacional”, puntualizó Crespo.

El cementerio de la Recoleta fue construido en 1822, siendo el primero de naturaleza pública en Buenos Aires, obra del ingeniero francés Próspero Catelin. Es también el más visitado de la capital argentina por sus numerosos e imponentes mausoleos y bóvedas.

Patrimonio cultural

Crespo resaltó que muchas de las bóvedas y mausoleos son obra de importantes arquitectos y están adornadas con mármoles y esculturas, añadiendo que más de 90 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.

“Hay que devolver el potencial expresivo de las obras de acuerdo a lo que fue la intención del artista, porque Recoleta tiene un cúmulo de obras de grandes artistas. Hay mucho por rescatar, no solo cuidar el material sino rescatar su lenguaje”, explicó Crespo.

Entre las personalidades enterradas en el Cementerio de la Recoleta figuran líderes políticos, presidentes de la Nación, escritores, premios nóbeles, deportistas y empresarios.

El entrevistado aclaró que, pese a la calidad de las obras y monumentos que se pueden apreciar en el lugar, el cementerio de la Recoleta no se considera un museo a cielo abierto «porque es un sitio funerario en actividad» donde se inhuman personas todo el tiempo.