Cannes, Francia.
A partir del recuerdo de su abuela, la actriz Manuela Martelli decidió contar los primeros años de la dictadura de Pinochet en Chile pero desde el punto de vista de las «mujeres anónimas», en el filme «1976», presentado este jueves en Cannes.
Una de esas «mujeres anónimas» podría ser Carmen, la protagonista de la historia, de una familia acomodada. Mientras supervisa las obras de renovación de su residencia secundaria en la costa, conoce a un joven alojado en secreto en la parroquia del pueblo.
Han pasado tres años desde el golpe de Estado de Augusto Pinochet, pero Carmen, enfrascada en sus quehaceres domésticos, con sus hijos y sus nietos, parece desconocer la situación real del país bajo la dictadura.
Para su primer largometraje detrás de la cámara, Martelli, intérprete con más de una veintena de papeles a sus espaldas -entre ellos «Machuca» o «Navidad»-, quiso contar la historia de esos años «desde el punto de vista de una mujer anónima, de una mujer ‘cualquiera'», afirma a la AFP.
Pensando en su abuela materna, muy adelantada para su época, empezó a preguntarse sobre las «mujeres anónimas que no estaban en los libros de historia, que tampoco habían sido escuchadas» en aquella época.
La película, presentada en la sección paralela de la Quincena de los Realizadores, hace «justicia con el lado que no tuvo voz, el lado que quedó en el interior de la casa», reitera la cineasta de 39 años.
Carmen, siempre impecablemente vestida, se centra en su familia y en la renovación de su casa. También lleva a cabo actividades caritativas en la parroquia.
«La lucidez»
Lleva una vida bastante rutinaria hasta que el cura del pueblo le pide que lo ayude con un joven malherido que necesita cuidados médicos.
Con este chico, conocido como el «padre Elías», la protagonista empezará a ser consciente de las atrocidades de la dictadura y decidirá movilizarse para ayudarlo.
Al principio de manera un poco irresponsable, pero luego ya a sabiendas del riesgo que corre, la mujer va aprendiendo los códigos para acercarse a los opositores sin ser detectada por los militares.
«Carmen empieza a abrirse (…) a lo que está pasando a fuera», explica la directora. «Es el trayecto de ella de la ceguera a la lucidez».
Para encarnar a esta mujer, poco habladora, la cineasta siempre pensó en la actriz Aline Küppenheim porque transmite «ese mundo interno, la complejidad y la sensibilidad del personaje».
Martelli no ha dudado en estrenarse con una película que toca un tema tan crucial de la historia de Chile, pensando sobre todo en las nuevas generaciones.
Precisamente el periodo de desarrollo del filme tuvo lugar durante la revuelta social en el país en 2019.
Por un momento, la directora pensó que retratar un periodo tan negro de la historia de Chile en contraposición con un «periodo tan luminoso» podía quedar un poco «obsoleto». Pero finalmente, le pareció «relevante recordar los periodos más oscuros de nuestra historia para hacerlos presentes y no olvidarlos».
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