Corea del Sur.
Corea del Sur entrena para seguir el rastro del próximo virus altamente contagioso. El rastreo de contacto sigue requiriendo de un trabajo presencial basado en agotadoras y exhaustivas entrevistas con contagiados, también del uso de matemáticas y estadísticas para tratar de predecir el comportamiento de un patógeno y su impacto en la salud pública.
Los más de 100 investigadores epidemiológicos de la Agencia para la Prevención y el Control de Enfermedades Contagiosas de Corea, no han cesado de trabajar en los últimos años.
Con la llegada de la COVID 19, estos investigadores deslumbraron al mundo con su capacidad de rastreo al detectar casos como el de la paciente surcoreana 31, a quien se vinculó con más de 1.100 contactos.
Las entrevistas con ella resultaron clave para evitar que el brote que provocó de manera directa unos 5000 contagios, fuera más y demostraron la importancia del rastreo. Así lo detalla el director general de Planificación para Emergencias de Salud Pública, Lisand Wong, que cuenta que su departamento estaba preparado para lo que vino y es que apenas días antes de que el Sars-Cov-2 fuera secuenciado por primera vez el 31 de diciembre de 2019, la plantilla realizó un ejercicio de simulación basado en una enfermedad X causada precisamente, por un coronavirus.
Actualmente su equipo sigue trabajando para cuando llegue el próximo virus altamente patógeno.
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