México.

Los seres humanos tenemos mucho que aprender de la naturaleza. En las últimas décadas, nuestra cultura ha tomado la inclusión y la diversidad como valores fundamentales de una nueva sociedad.

¿Pero por qué es buena la diversidad? Pues la naturaleza puede mostrarnos. Los ecosistemas pueden ser muy diversos, como las selvas tropicales o pueden ser poco diversos si sólo tienen unas cuantas especies. Y una de las características que mantienen los ecosistemas diversos es que son resilientes ante los disturbios.

En ecología, la resiliencia se refiere a la resistencia que tiene el ecosistema para tolerar el impacto de un disturbio que puede ser natural, como la llegada de un huracán o un disturbio causado por el ser humano, como el derrame accidental de sustancias tóxicas al ambiente.

De manera práctica, la resistencia se evalúa midiendo algún atributo del ecosistema y viendo cómo era ese valor antes y cómo es después para saber qué tanto el ecosistema ha resistido el disturbio. Así mismo, la resistencia ecológica se refiere también al tiempo que tarda el ecosistema en recuperarse después de un disturbio.

Lo interesante es que los ecosistemas que son altamente diversos tienen mayor resiliencia, es decir, resisten más a los disturbios y se recuperan más rápido.

En nuestros sistemas humanos podemos tomar esta lección y conformar sociedades diversas que sean resilientes. Por ejemplo, se ha visto que los equipos de trabajo integrados por personas muy similares tienen poca resiliencia, mientras que los equipos de trabajo diversos son capaces de generar rápidamente soluciones que les permiten resolver nuevos retos y mantenerse productivos. Así, confirmamos que la diversidad nos hace resilientes.

Por: UAEH.