Londres, Inglaterra.

El deshielo récord registrado en 2023 en Antártida hubiera sido «extremadamente improbable» sin el calentamiento global, según un estudio publicado este lunes.

El calentamiento global debido a la actividad humana «cuadruplicó» el riesgo de que se produzca este fenómeno, que antes sólo ocurría «una vez cada 2.000 años», afirmaron científicos del instituto de investigación British Antarctic Survey.

La reducción, además, llega después de que la extensión de hielo en la Antártida viviese décadas de crecimiento hasta 2015, cuando empezó a caer de repente.

En 2023, la extensión de las placas de hielo sobre el mar Antártico, que se derrite en verano, pero se recupera en invierno, midió 2 millones de km2 menos que el promedio en el invierno polar, una reducción equivalente a la superficie de México, destacó este observatorio británico.

Los científicos del BAS utilizaron 18 modelos climáticos diferentes para tratar de entender la reducción del hielo y su posible conexión con el cambio climático.

Hasta hace poco, la extensión de la banquisa antártica era relativamente estable, aunque registraba fuertes variaciones anuales, a diferencia de la situación en el Polo Norte, donde hay un deshielo marcado desde 1970.

«Según los modelos, esta extensión mínima del mar de hielo que ha batido los récords sería un evento que sucede en un año de cada 2000 sin el cambio climático. Esto nos dice que lo sucedido fue muy extremo» Señaló Rachel Diamond, autora del estudio.

Los investigadores también indagaron en cómo se recupera el mar de hielo después de haber retrocedido de forma tan importante, y hallaron que después de una pérdida similar no todo el hielo vuelve, incluso después de 20 años.

Pero este récord registrado en 2023, tras siete años sucesivos de deshielos marcados, muestra que en Antártida también hay una tendencia a la baja.

Estudios anteriores del este observatorio han mostrado que un nivel de deshielo anormal han provocado la muerte de miles de polluelos de pingüino emperador.