‘El Rincón del Cristo’, una finca agroecológica en Cuba

Cuba.

Desde hace más de dos décadas, el ingeniero agrónomo cubano, Armando Rojas, se dedica casi por entero al trabajo en su finca agroecológica «El Rincón del Cristo», ubicada en la localidad de Casablanca, muy cerca de la bahía de La Habana.

El lugar debe su nombre a la cercanía con el Cristo de La Habana, uno de los más famosos monumentos de la urbe cubana con unos 20 metros de altura.

Rojas contó que cuando a inicios del año 2000 se planteó crear un proyecto agroecológico, buscaba un lugar donde las condiciones fueran «anormales», para poder así aplicar todo lo que había estudiado en su carrera, lo que encontró en la empinada parcela que era un enorme basurero en aquella época.

Recordó que muchos lo tildaron de «loco», pero eso no fue un impedimento para él, y con la ayuda de unos pocos amigos comenzó a limpiar, reforestar y sembrar el área de aproximadamente 1,2 hectáreas.

«El rincón del Cristo» es en la actualidad un proyecto agroecológico que tiene el objetivo fundamental de desarrollar espacios verdes, donde las personas puedan encontrar productos para una alimentación sana, además de recrearse.

“Se ven diferentes plantas, tanto ornamentales, frutales y medicinales, donde en realidad ya empezamos a hablar de las plantas medicinales con el problema que hay de los medicamentos. Ya estábamos incorporando ya prácticamente algo que para los clientes les era atractivo, porque inclusive muchos de los comunitarios venían al lugar a buscar las plantas medicinales que necesitaban para sanear sus dolencias”, comentó Armando Rojas, ingeniero agrónomo.

El entrevistado explicó que estructuró el proyecto sobre un sistema de mesetas y terrazas rocosas que se adaptan muy bien a las condiciones del terreno, lo que evita la degradación del suelo e incrementa la concentración de materia orgánica para aumentar las producciones.

Caña de azúcar, café, coco, verbena roja, plátano, fruta bomba (papaya), aguacate, maracuyá, ciruela, hierba mora, chirimoya o guanábana, son sólo algunas de las plantas que Rojas y sus tres trabajadores sembraron en la finca.

En la actualidad, en la finca se imparten talleres sobre plantas medicinales, saneamiento ambiental, reforestación o excursiones de senderismo, entre otras actividades.

“Me gustaría ver en el proyecto en el futuro como una zona donde en realidad se puede hacer el turismo de naturaleza, todo a mayor escala y las personas viniendo a disfrutar todas estas bondades que tienen tan cerca a la ciudad”, destacó Rojas.

El agrónomo adelantó que varios proyectos vinculados con la finca también ocupan su día a día, entre ellos, hacer una piscina natural en el sitio, mejorar las condiciones para el riego y construir un mirador.