Brasil.
Una niña tiene 13 años y de muy pequeña fue diagnosticada con autismo. Constantemente sufría crisis violentas y llegó a autolesionarse de gravedad. Sus padres desesperados, compraron fármacos producidos con cannabis que aún no eran legales en Brasil.
“En la situación en la que estamos hoy me voy a arriesgar. No es posible que en Brasil un juez procese a un padre desesperado”, dijo el padre.
Según la familia, con la medicación los síntomas disminuyeron drásticamente. Ahora celebran la decisión del gobierno de Sao Paulo de modificar la ley que permitirá distribuir gratuitamente y sin procedimientos jurídicos, fármacos con cannabidiol, CBD y tetrahidrocannabinol o THC, sustancias derivadas de la marihuana.
En 2021, la aduana brasileña registró más de 40 mil solicitudes para importar cannabis medicinal, el doble que el año anterior. Según la terapeuta Danielle Ponciano, el cannabidiol es una excepción en Brasil donde no se comercializan muchos medicamentos a base de plantas.
“El cannabidiol llegó justamente por tener bastantes estudios y porque comenzó a aparecer evidencia científica. Pero otros medicamentos como los de la homeopatía no son tan usados”, expresó la terapeuta.
Distribución de medicinas con cannabidiol
Brasil importa medicinas con cannabidiol desde 2015, pero los pacientes sólo podían tener acceso a través del sector privado, con un largo proceso burocrático y una resolución judicial. Muchas familias no podían pagar los 1.500 reales o 300 dólares que cuesta la medicación.
El actual gobernador del estado de Sao Paulo y exministro de Jair Bolsonaro, Tarcísio de Freitas, modificó la Ley en enero: “se permite la distribución de productos importados a base de cannabis con revisión de la Agencia Nacional de Control Sanitario”, pero los detractores de la medida afirman que no existe una ley federal que regule la producción nacional de medicamentos con cannabis. Además, no se especifica qué enfermedades serán tratadas, ni las cantidades de cannabidiol que pueden contener los productos.
Las asociaciones religiosas critican que se legalicen sustancias procedentes de una planta categorizada como una droga.
Según el investigador, Gustavo Alves, la planta de la marihuana siempre ha sido perseguida en Brasil.
“Viene de un proceso de mucho prejuicio, bastante restrictivo en referencia al uso. Una demonización que por presiones de la propia industria y por cuestiones de un falso moralismo, hizo un encuadramiento inadecuado del cannabis como “la hierba del diablo””, explicó un médico. Pero más allá de las polémicas, el cannabis ha entrado en la agenda de sanidad en Brasil.
El país está dando algunos pasos para permitir que accedan a productos de cannabis medicinal familias que aseguran obtener resultados positivos como la de Duda.
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