Latinoamérica.

Ingrid y María Antonia en Colombia, Gloria en Guatemala y Diana en Chile son niñas y adolescentes que tienen algo en común. Más que genios, son unas amantes del mundo de la ciencia y ellas, con el desarrollo de sus inventos, buscan romper los estereotipos e inspirar a otras a explorar este universo que no es solo para hombres.

Son talentosas y han desarrollado varias propuestas como un robot rescatista, una prótesis o enseñar con divertidos videos, experimentos científicos demostrando que nada es imposible.

«El sueño de ir a la NASA»

En Corinto, Cauca, al sur de Colombia, Ingrid Yuliana Guachetá, quien pese a haber nacido en un caserío ajeno a la tecnología y en una de las zonas más azotadas por el conflicto armado, a los 14 años cumplió el sueño de ir a la NASA dentro de un programa de la organización «She is».

“Bueno, ganamos y por eso pude ir a la NASA. Ahí conocí también a la Fundación «She is». Me empapé un poco más del tema. Ellos me ayudaron también a sentirme un poco más segura de mí misma y empoderarme”, relató Ingrid.

Ni la violencia ni la pérdida de su padre impidieron que su interés por la ciencia mermara una fascinación que se ha empeñado en transmitir a otras niñas, en especial a las de los lugares más apartados.

“Y creo que ha sido un avance muy grande para mí poder superar eso y volver a sentirme la chica empoderada, la chica que quería salir. También estudiar ciencia y tecnología. Entonces, ha sido muy importante para mí”, contó Ingrid.

Y es que en este contexto en el que todavía persiste la concepción de carreras de hombres y de mujeres, organismos como ONU Mujeres o la UNESCO buscan que cada vez más niñas y mujeres se vinculen a la ciencia y a la tecnología, pues la población femenina que estudia esas carreras es apenas de un 35% del total.

Así lo explicó María-Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe: “En materia de género, la agenda pendiente es muy grande». En materia de cómo las mujeres incorporan a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, al advenimiento de la inteligencia artificial. Cómo las mujeres pueden participar en estos espacios construyendo herramientas, alimentando algoritmos para tener nuevas herramientas de inteligencia artificial que no reproduzcan los sesgos”.

Un robot rescatista

EFE/ Esteban Biba

Este curioso y tierno robot que baila después de darle una orden de voz por comando, fue creado en Guatemala por Gloria Esther Recinos, conocida como la niña inventora’.

Su ‘robot rescatista’ nació cuando apenas tenía 11 años. “Que el objetivo del mismo era poder llevar suministros y apoyo con botiquín de emergencia para personas soterradas. En ese entonces fue el derrumbe del Cambray, donde mucha gente quedó soterrada aquí en Guatemala”, dijo Recinos.

A sus 18 años, esa curiosidad por la robótica no para, lo que le ha permitido desarrollar una prótesis de mano y ahora quiere enfocarse en crear una clínica protésica en su país.

“Que permita el acceso a personas de bajos recursos o personas que lo necesiten para una prótesis robótica ya médica profesional”, manifestó Esther.

Y su mensaje para todas aquellas que sienten que la ciencia les está tocando a su puerta, es que busquen algo que las motive y seguir innovando. “Entonces, sí actualmente es mucho más accesible todo este tema. Cuando yo inicié existía mucho lo que eran los estereotipos en la sociedad y el poco conocimiento que se tenía de la misma”, destacó Recinos.

Según datos de 2020 de ONU Mujeres, Argentina, Cuba, Guatemala, Panamá, Paraguay, Trinidad y Tobago y Uruguay han alcanzado la paridad en STEM. Venezuela logró atravesar el umbral con 60% de mujeres investigadoras.