El dilema de Panamá: ¿Salvar los manglares o defender el empleo?
AFP 
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Panamá, Panamá.
Unas 200 familias producen carbón de mangle en hornos artesanales en las costas de Panamá. En 2009 el gobierno declaró la zona área protegida y ahí la tala es un delito ambiental, pero son muchos los que viven de esta práctica ancestral.
“Bueno, el sustento diario de mis, de mi familia, de mis hijos y mi esposa. Yo tengo 30 años y desde los 15 años estoy trabajando esto, desde que era niño. Y esto no da riqueza, plata. Todo es como para sobrevivir”, destacó el carbonero, Elieser Rodríguez.
Para Naciones Unidas los manglares son una barrera de defensa entre la tierra y el mar, absorben carbono, contribuyen a la seguridad económica y alimentaria y son el hogar de algunas de las especies más raras y coloridas. Para las poblaciones costeras, el mangle es un recurso para producir carbón.
Temprano en la mañana, los carboneros navegan al menos 15 minutos por el Pacífico hacia la zona de mangles de tronco grueso que talan con machete y sierra. Los carboneros aseguran que a los árboles de troncos delgados no los tocan porque están creciendo.
“Porque donde cortamos aquí, dejamos siempre dos o tres o cuatro árboles para que la semilla caiga hacia abajo, para que siga reproduciéndose”, reveló el carbonero, Israel González.
Con la meta de preservar el manglar, actualmente organizan un vivero para sembrar de 500 a mil plantones de mangle. Por su parte, las autoridades dicen que hay que buscar alternativas para no impactar en el recurso.
“Cuando se realizan actividades que no están siendo reguladas, definitivamente las autoridades tenemos que actuar. Esto no significa que de ninguna manera se tenga que cesar el proceso, sino que se pueden buscar alternativas. La comunidad puede empezar a trabajar con las autoridades para buscar la mejor forma de aprovechar el recurso sin impactar directamente”, declaró el director de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente, Julio Casas.
La ONU pidió eliminar hacia 2050 el uso de carbón mineral en la generación de energía.
“Y si nos cierran esto, ¿cómo vamos a hacer? ¿Cómo vamos a vivir? ¿Cómo vamos a comer? Y ¿los niños que vienen creciendo? ¿Qué serán de esos niños? ¿A qué se van a dedicar? Yo me imagino que, si no hay nada a la delincuencia, a la plata fácil”, manifestó el carbonero, Darío Hidalgo.
Algunos ambientalistas afirman que el carbón vegetal puede hacerse de forma sustentable y aseguran que el manglar de Chame no está en peligro por esa práctica, sino por desarrollos de alto impacto, hoteleros e inmobiliarios que amenazan con destruir los manglares para crear playas artificiales.
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