Iberoamérica.

Cada minuto se venden más de un millón de botellas de plástico en el mundo. Acabar con su uso indiscriminado, con la adicción a este material que además puede ser nocivo para la salud, es uno de los retos climáticos en la celebración del Día de la Tierra.

Según el Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud, Estados Unidos es el mayor consumidor y vendedor de botellas de plástico, un mercado aún «desregularizado» según explicó a EFE Aidan Charron, de la organización EarthDay.org.

Nacida en Estados Unidos el primer Día de la Tierra, celebrado en 1970, EarthDay.org se ha convertido en la mayor organización mundial de captación de voluntarios para el movimiento ecologista.

Una de sus principales luchas es reducir la contaminación por plásticos, por lo que en este año dedica buena parte de su actividad a la recogida de plástico en todo el mundo.

Charron, que coordina la campaña «Fin a los plásticos», alertó de que aún hay un desconocimiento respecto a las amenazas que tiene su uso para la salud. «Hasta hace un par de años, pensábamos que era más un problema marino. Ahora nos estamos dando cuenta de que se trata directamente de la salud humana», explicó a EFE.

La «adicción al plástico» que define Charron llega hasta tal punto que la población se come aproximadamente la magnitud de «una tarjeta de crédito de plástico» cada año. Algunos efectos están empezando a manifestarse en el sistema hormonal y disruptores endocrinos, capaces de provocar infertilidad, entre otros, explica el activista.

En medio de la transición energética y el cambio a energías renovables, la industria de los combustibles fósiles no sabe qué hacer y, por ello, tiene en el punto de mira a los plásticos. A día de hoy, el plástico comprende el 14% de la producción petroquímica, pero Charron pronostica que en diez años este porcentaje se elevará al 20%.

«A medida que pasamos a las energías renovables y nos alejamos del petróleo y el gas en la energía, vamos a encontrar diferentes maneras de utilizar ese petróleo. Y los plásticos serán un problema cada vez mayor», predijo Charron.

El activista cree que la contaminación por plásticos será la «nueva» generación de gases de efecto invernadero, porque su producción se va a duplicar en los próximos veinte años. El aumento de producción va a provocar que, en peso, haya más plástico que peces en el mar en 2050, de acuerdo con un informe de la Fundación Ellen MacArthur.

Desde los gobiernos, 51 países se han propuesto acabar con la contaminación plástica para el año 2040 formando la denominada coalición de «gran ambición». Este grupo ha promovido un Tratado del Plástico que se sigue elaborando -con fecha límite 2024- y que ya han firmado 175 países.

Al otro lado están países como el propio Estados Unidos o Arabia Saudí, fuertemente criticados por las organizaciones ecologistas, que consideran que están impidiendo la evolución del tratado y protegen a las petroquímicas. Según Charron, EE.UU. no está haciendo lo suficiente y debería «empezar a apoyar a las empresas que se están alejando de las industrias petroquímicas», así como imponer «regulaciones más duras» que prohibir la venta única de plásticos de un solo uso en tierras federales a partir de 2032.

Aún se desconocen los efectos que el plástico tendrá sobre la salud en los próximos veinte años y el activista se queja de que las primeras personas que los desarrollan no están recibiendo ningún tipo de apoyo del Gobierno estadounidense. A su juicio, la solución pasa por cambiar de mentalidad, ya que hoy en día sigue dominando «el valor del dólar del plástico» por encima de sus efectos nocivos.