México
Cielos atravesados por seres majestuosos, su plumaje y anatomía les permiten enfrentarse a los vientos como expertos pilotos. Se trata del grupo de vertebrados terrestres más diverso: las aves. En el mundo existen 9000 especies y México es hogar del 11% de ellas.
De las 1100 especies que hay en el país, cerca de 200 son migratorias, viajeras por naturaleza. Sólo pasan una parte del año aquí. La mayoría vienen desde Canadá y Estados Unidos para pasar el invierno. Buscan refugio y alimento, que escasea en el norte del continente durante esa temporada.
Las aves migratorias de Norteamérica se trasladan por tres rutas principales. En la ruta del centro, el Valle de México es fundamental como destino o parada. Patos, pelícanos y playeros visitan humedales como los de Xochimilco y Texcoco. Otras, como los chipe, se refugian en los bosques y áreas verdes urbanas.
Las aves migratorias y residentes contribuyen a los ecosistemas con sus actividades diarias. Regulan las poblaciones de insectos y otros vertebrados, dispersan semillas y polinizan varias especies de plantas. Como peregrinas visitan la cuenca de México desde hace millones de años y continúan llegando a los sitios que ofrecen las condiciones adecuadas para su estancia.
Por desgracia, los hábitats para estas viajeras en las ciudades se han transformado o disminuido drásticamente. La agricultura intensiva, la construcción, la contaminación y la tala son sus principales amenazas. Los sitios que albergan a estas aves ahora son como islas en un mar de concreto y asfalto, son refugio de otros organismos, regulan el clima, almacenan gases contaminantes y previenen inundaciones. Conocer estos espacios y protegerlos es de gran importancia.
Las aves son excelentes indicadores del estado de los ambientes con sólo registrar su presencia y abundancia. Cuando visitamos estos sitios es importante no alimentarlas, pues al hacerlo pueden desarrollar enfermedades que dificulten su vuelo a la vez que contaminamos los cuerpos de agua. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad participa en proyectos de monitoreo de aves y de educación ambiental.
Junto a la Universidad de Cornell de los Estados Unidos se han habilitado plataformas digitales de aves para México: Merlin y eBird. Con ellas podemos identificar aves, registrar observaciones, fotos y grabaciones de sus cantos, datos que pueden ser utilizados para acciones de conservación. Así que, con un celular, binoculares y un poco de práctica, todos podemos ayudar al conocimiento de estos seres emplumados y contribuir a que sigan sobrevolando nuestros cielos.
Por: DGDC
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