Guadalajara, México 

¿Qué es ser “nadie” dentro de un grupo social? Un concepto frágil y subjetivo cuando se utiliza para homogeneizar; eliminar los nombres y aumentar las cifras. Los ninguneados, los ningunos. Los que no son, aunque sean. Los que sueñan que llueva la buena suerte, escribió Eduardo Galeano en su poema “Los nadies”.

De esta forma, la bióloga Ana Loren Hernández Moreno dio inicio a su charla “Divulgación científica para nadie”, en Talent Woman de Talent Land 2023. “Yo nací en un pueblo llamado Atlixco, en Puebla. No provengo de una familia con grandes recursos” relató. Ella misma cuenta haberse visto identificada en este sector: Los nadies. Aquellos que son desplazados simbólica y físicamente por las propias estructuras sociales e institucionales.

Ante esto, surgió una duda coyuntural para esta científica: ¿Qué podemos hacer para que todos los “nadies” sean reconocidos por lo que son, como personas?

Desde niña, Loren mostró interés por la divulgación científica y su importancia en las regiones remotas del país. Dentro del Instituto Nacional de Astrofísica óptica y electrónica (INAOE) de Puebla, comenzó a impartir distintos talleres científicos para niños y niñas, acercándoles hacia el conocimiento del espacio.

Aunque Moreno decidió estudiar biología, fue dentro del INAOE, la astronomía y ciencias espaciales, que aprendió cómo transmitir sus enseñanzas a las personas. “Yo siempre tuve en cuenta que aunque no todos sabemos lo mismo, sí tenemos la oportunidad de saberlo” contó. Inclusive a través de estos espacios comprendió las cualidades interdisciplinares de la ciencia, que le permitían incluir la biología y demuestran que las ciencias se encuentran en todos lados.

Un México anónimo

Según cifras de CONEVAL, para el año 2020 el 43.9% de la población mexicana se encontraba en situación de pobreza y el 8.5% estaba en situación de pobreza extrema. Además, el 23.7% de la población estaba en una situación vulnerable causada por carencias sociales, y el 8.9% se encontraba vulnerable por bajos ingresos. Como lo explicó Ana, “hay muchas formas de pobreza y situación vulnerable, como el rezago educativo. Muchas formas en las que nos convertimos en “nadie”. Tanto así, que este porcentaje representa a la mayoría de la población del país” aclaró.

Esta problemática representa consecuencias que ya son evidentes, pero que amenazan con escalar en los próximos años. Hernandez compartió las proyecciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), donde se estima que en los próximos 80 años, el rezago escolar le podría costar a México un monto de hasta 136% del producto interno bruto del 2019.

Sin embargo, esta divulgadora confía en una poderosa herramienta de transformación social: la educación. Hernández identificó tres tipos principales de educación: informal, formal y no formal. Entre ésta última se encuentra la divulgación. No sólo la divulgación científica, sino de muchos otros temas.

Al respecto de este tipo de educación y sus beneficios, Loren explicó que: “La divulgación es tener a tu alcance el mundo y también ponerlo al alcance de las demás personas, para que puedan gozar de ello. Si nosotros estamos haciendo algo que amamos, por qué no lo compartimos con las demás personas, con quienes están en situación vulnerable y a quienes ese conocimiento le va a brindar mayor validez ante las circunstancias”.

Cultura científica para todas y todos

Luego de su paso por la INAOE, Hernández Moreno comenzó a desarrollar y a participar en diferentes iniciativas de comunicación científica a nivel nacional e internacional, tales como “La araña científica”, una página de Facebook dedicada a compartir memes y datos curiosos de tinte científico.

De igual forma, junto a otro grupo de amigas fundó “Mujeres líderes en STEM / Serendipia”. Un proyecto que busca acercar las áreas STEM a niñas de todo el país e inclusive de otras partes del mundo. Este espacio se suma al interés de Ana por fomentar la participación de mujeres en áreas científicas y tecnológicas, “(…) porque si bien, la brecha cada vez es más estrecha, no está eliminada, y necesitamos incursionar en todos los terrenos. Debemos cambiar los paradigmas de las personas que hacen ciencia y tecnología, ya que no siempre son hombres, sino que históricamente las mujeres científicas también existimos”.

Finalmente, la bióloga compartió la iniciativa “Vehículos de ciencia”, una iniciativa del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCYTEP) que lleva museos móviles e interactivos hacia regiones con altos niveles de marginación en esta región del centro del país, con el fin de acercar la ciencia y la tecnología, así como fomentar una cultura científica.

Gracias a iniciativas de esta índole, es posible crear entornos descentralizados de las capitales y universidades, donde la gente es capaz de aplicar los conocimientos científicos dentro de su vida cotidiana.

Una identidad social, a través de la ciencia 

Para Hernández, el compromiso de la divulgación científica es muy alto y necesario. “Es nuestra obligación como personas que hemos adquirido ciertos conocimientos. Si no hacemos divulgación o nuestra labor falla, ocurren tragedias como explosiones, que pudieron haberse prevenido al saber aspectos de ciencia básica. La divulgación de la ciencia puede salvar vidas o beneficiarlas”.

De esta forma, Loren confía en el poder transformador de la colectividad y el conocimiento científico. Un ejercicio con la capacidad de enfatizar la identidad de las y los individuos, así como de sus grupos sociales: sectores que no volverán a ser “nadie”. “Entre más personas seamos, mayor solución de problemas humanos podremos encontrar. El conocimiento sólo es real cuando es compartido. Si no compartimos lo que sabemos ¿De verdad existe ese conocimiento?” concluyó.

Por: Miriam Jiménez / NCC Iberoamérica