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Voces sedientas. Esclavas de la madrugada claman por agua

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Panamá. 

El reloj marcó las 3:30 de la madrugada del sábado 15 de enero, cuando de repente se escuchó el shshshshshshshshsh…Al instante, el grito de una mujer exclamó: “Llegó el agua, ¡al fin! ¡Carlitos, corre, levántate y ayúdame a llenar los tanques! Recuerda que no debo cargar peso”, expresó angustiada Rosa González, una mujer de 65 años, que otra noche más se quedó dormida en su mecedora esperando que el agua llegara. Con rostro marcado por las ojeras y las patas de gallina a flor de piel, despertó asustada al escuchar el ruido proveniente de su cocina.

Tras dos horas y media de afán, la oscuridad desapareció y el grifo dejó de trabajar. El cronómetro marcó las 6:00 a.m., y otra vez Rosa, evidentemente agotada continuó el trajín diario del hogar.

Esta mujer que desde hace 22 años reside en Llano del Medio Abajo, corregimiento de Las Lomas, distrito de David, provincia de Chiriquí, República de Panamá, en el año 2020 fue hospitalizada. “Sentí que moría, me dio vómito, fiebre y se me subió la presión, llevaba noches sin dormir esperando el agua y enfermé. Llegué a un nivel de estrés que se me obstruyeron los conductos que van del hígado al riñón. Estuve una semana recluida y el médico diagnosticó que mi sistema nervioso estaba alterado”, acotó.

“Yo dormía dos o tres horas intercaladas, porque me levantaba, me sentaba y así me iba hasta amanecer. Los hipertensos y diabéticos no debemos aguantar sueño, porque es fatal para nuestra salud, pero ¿qué hacemos? ¡Mi vida se ha desgastado! Y lo que sí llega puntual es el recibo”, se quejó.

La falta del líquido no es el único problema. En ocasiones el agua sale  color «chocolate», imposible de beber o usar para cocinar y, hasta inservible para el inodoro porque lo que llega a veces a las tuberías es lodo.

Rosa vive con su hijo Carlos, y por semana invierte 15 dólares en la compra de tres recipientes de cinco galones de agua para beber y cocinar.  Cuando el líquido llega turbio, gastan dinero en combustible o taxi para ir hasta la casa de algún familiar o amistad para bañarse.

Estas mujeres se ven obligadas a fregar y limpiar de madrugada. Foto: Vielka Cádiz Franco.
Más gritos de auxilio

Al igual que Rosa, miles de mujeres, amas de casa y profesionales de David, sufren desde hace aproximadamente 30 años el impacto físico, social y económico de la escasez y la falta de calidad del agua. Una problemática que cada año empeora debido al desmedido crecimiento poblacional, la contaminación de los afluentes, el consumo irresponsable, y la carencia de políticas públicas y acciones concretas por parte de los responsables de velar porque el agua llegue a los hogares.

“El agua es un derecho humano y en David, no tenemos acceso a ese derecho”, indicó Catalina Saavedra, especialista en Conducta Social, quien tuvo que invertir en un pozo y comprar una planta eléctrica a fin de tener agua para los oficios domésticos. Esto le ha generado gastos extras en luz; además, del agua que compran para beber y cocinar ¡ya la plata ni alcanza! y con la pandemia, todo ha empeorado”, insistió.

Otra penitencia casi diaria vive Alicia Castillo. Esta mini comerciante gasta mensualmente unos $80.00 en taxi para ir hasta su casa por el líquido, ya que su “Café” ubicado en el centro de la ciudad se queda sin suministro para preparar los alimentos y asear el local. Esta travesía y la presión constante del equipo de Salud la estresa, produciéndole depresión, dolores corporales y otros síntomas que la desmotivan.

Una odisea también confronta la gerente del Supermercado Pinzón Express, Virginia Pittí, pues tuvo que adaptar dos tanques de dos mil litros que rinden día y medio. “Estar en esto a cada rato es desgastante, a veces nos vemos obligados a cerrar los baños y los clientes se molestan, pero ¿qué hacemos entonces?”

Es importante resaltar que David es el principal distrito de Chiriquí. Está ubicado a 441 kilómetros de la capital panameña y en los últimos años ha crecido demográficamente. Según el Censo de Población y Vivienda, al 2010 contaba con 155 mil 812 habitantes; pero la proyección del Instituto Nacional de Estadística y Censo, indica que al 2020 habían 174 mil 83, cifra cónsona con el centenar de barriadas edificadas en los corregimientos de Pedregal, David Este, David Sur, San Pablo, San Carlos y Las Lomas.

En esta región, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) tiene 37 mil contratos y estiman unas ocho mil conexiones ilegales, que en total sumarían 45 mil usuarios. Esta situación, aunado a la morosidad de 4.7 millones que adeuda la ciudadanía, complica el panorama para la entidad.

Aun así, el 24 de noviembre de 2021, el director regional Máximo Miranda, informó que los trabajos de rehabilitación (reactivación de trenes, colocación de sedimentadores y 13 filtros) en los tanques de almacenamientos ubicados en las barriadas San Cristóbal, Santa Cruz y Los Algarrobos, tenían 90% de avance y serían entregados el 31 de diciembre pasado.

Dicho proyecto según él, aumentaría a 19.5% millones la cantidad de galones diarios, lo que permitiría brindar “un servicio más eficiente”. Esto sería en cuanto a cantidad; porque con relación a calidad, admitió que “la potabilizadora no está hecha para trabajar con altos niveles de turbiedad”.

Esta declaración contrasta con la afirmación que hizo respecto a que “el agua de David es 100% potable”, aseveración basada en el hecho de que diariamente un equipo del Departamento de Calidad del Agua realiza pruebas para verificar que cumplan las normas de calidad establecidas por la Comisión Panameña de Normas Industriales y Técnicas (COPANIT)”.

Llama la atención que, al solicitarle un posible ingreso al laboratorio, el Ing. Miranda se negó, alegando que la entrada solo era permitida al personal; y al dialogar con la bióloga de la entidad, Celided Concepción, ella se mostró sorprendida con la visita y no paró de mirar al superior mientras expresaba que a diario analizan el agua cruda en los floculadores, sedimentadores, filtros y el agua tratada; así como los coliformes totales, bacterias heterotróficas y algas en el área microbiológica y química.

Dos meses después, la crisis del agua se agudizó en David. Los cierres y manifestaciones con pailas y pancartas en la vía panamericana no faltaron y, ante las constantes quejas de los usuarios, el funcionario reiteró en el Noticiero La Prensa de Radio Chiriquí, que realizan estudios para diseñar una nueva planta; pero no aclaró el porqué del atraso en los trabajos que este mes de abril siguen en la potabilizadora actual.

Especialistas reaccionan

“La escasez de agua es un problema social que afecta más a las mujeres por ser las encargadas del hogar. El 90% de los pacientes que atiendo son damas, que llegan a consulta con historias de haber sufrido accidentes, y una de ellas es por cargar baldes con agua”, manifestó el Dr. Giovany Ossigians Guerra, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología.

Este Sub especialista en Cirugía de Columna del Hospital Regional Rafael Hernández y la Clínica del Dolor y Trastornos de la Columna, dijo que entre las enfermedades expuestas están la lumbalgia y otros trastornos de inflamación aguda o crónica de los ligamentos que, si bien, en algunos casos son producidos por genética familiar, también se mezclan con actividades que implican excesiva y constante carga de peso, lo que a su vez genera cambios en el estado de humor y consecuentemente cuadros depresivos.

“En David no hay agua ni en cantidad ni calidad. El agua llega a los hogares con mucha sedimentación. Las normas establecen que el agua no debe tener olor, color ni sabor; pero actualmente tiene sabor, porque mezclan otros ingredientes para hacerla potable y consumible», pronunció el epidemiólogo del Ministerio de Salud en Chiriquí, Pablo Acosta.

Esta problemática enferma y dificulta la calidad de vida de las mujeres que son las encargadas de preparar los alimentos, limpiar la casa, lavar la ropa y bañar a los niños; porque causa infecciones estomacales, parásitos, diarrea, enfermedades de la piel, más la carga emocional que provoca mareos y dolores en hombros, caderas y espaldas, precisó el médico.

Mientras que la directora fundadora del Laboratorio de Aguas y Servicios Físico Químicos de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), Dalys Rovira, explicó que los valores máximos permisibles para el agua de consumo humano, por ejemplo, en el Potencial de Hidrógeno debe estar entre 6.5 a 8.5, el hierro un nivel no mayor de 0.3 miligramos por litro y la turbiedad no mayor a 1.0. Tampoco debe tener bacterias, escherichia colis y cero unidades formadoras de colonias ni coliformes fecales. (Ver tabla COPANIT). Tras esta aclaración, la experta dijo que el punto alto (El Flor), donde está la toma de agua que abastece a la planta de Los Algarrobos registra valores normales, situación que la lleva a pensar que la calidad del agua que se consume en David es “buena”; aunque aclaró que no siempre.

Revelaciones escalofriantes

Tanto el epidemiólogo como la química analítica en agua revelaron que hay distritos en esta región donde se han encontrado heces en el agua de consumo humano. Estudios efectuados el año pasado por el citado laboratorio en la Escuela de Celmira, distrito de Bugaba, detectaron valores preocupantes de escherichia colis y coliformes fecales. “Tomamos las muestras del agua en la escuela pensando en la reapertura escolar, pero es la misma que consume la comunidad y no es apta para el consumo humano”, advirtió.

Hace algunos años también obtuvieron resultados alarmantes en 14 escuelas del distrito de Boquerón; mientras que en la cuenca baja del río David, a la altura del Risacua, detectaron valores no recomendables para uso recreativo. “Nos preocupa, porque es un punto donde muchas personas acuden a bañarse”. Otro sitio que registra valores altos en bacterias, es El Rondón, donde van mujeres a lavar y bañarse.

Este laboratorio que mantiene un sistema de gestión de calidad basado en la norma ISO 17025, no ha efectuado en los últimos años estudio sobre la calidad del agua para consumo humano en David, porque “el proyecto no ha tenido la acogida del MINSA, MEDUCA, MiAmbiente ni SENACYT”, indicó Rovira.

A inicios de marzo pasado, la directora de la Defensoría del Pueblo en Chiriquí, Mónica Chavarría, informó en la página web institucional que, “como entidad rectora de los derechos humanos en Panamá”, atenderían todas las quejas relacionadas a “posible vulneración de los derechos humanos” en la Feria Internacional de David. Sin embargo, al ser abordada sobre el tema contestó que debía “pedir permiso a Panamá para hablar”. Quedó de llamar; pero al momento de redactar esta nota, aún no lo hacía.

Quien sí habló fue la Project Office del Programa de Ciencias Naturales de la Oficina Multipaís de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Geisel Sánchez, quien reconoció que a nivel regional se han identificado brechas en materia de calidad del agua y un vacío en la comunicación entre los operarios del servicio y los usuarios. En 2021, el Informe Mundial de Ciencias evidenció que hace falta más participación femenina en la toma de decisiones. Pero, mientras se espera que las autoridades se interesen y “las mujeres se empoderen, ocupen políticas públicas y sean agentes de cambio” estas esclavas de la madrugada seguirán enfermándose y clamando por el agua.

Por: Vielka Cádiz Franco / Pe­rio­dis­ta del Post­gra­do en ‘Pe­rio­dis­mo 4.0’ © del Ins­ti­tu­to de In­ves­ti­ga­cio­nes Apli­ca­das, iia­fEC, Pa­na­má.

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