Túnez. 

El Ministerio de Agricultura de Túnez anunció este viernes restricciones en el uso del agua potable, así como una “racionalización” en el suministro para afrontar “la escasez de recursos hídricos” por más de tres años de sequía.

Desde hoy, queda prohibido “usar agua corriente para fines agrícolas, regar espacios verdes, lavar autos y limpiar lugares públicos” y la empresa distribuidora nacional Sonede determinará cortes en el suministro hasta finales de septiembre.

Túnez, con más de doce millones de habitantes, está sometido a un fuerte estrés hídrico debido a los contrastes climáticos entre las regiones y a los efectos del cambio climático, que se han acrecentado hasta alcanzar “niveles alarmantes” inferiores a 500 metros cúbicos por año y habitante, según datos oficiales de 2021.

La disminución de lluvias invernales, especialmente este año, y la prolongada sequía mantienen los embalses por debajo del 25% de su capacidad.

Túnez cuenta con más de un veintena de presas y un centenar de plantas de desalinización y experimenta una gran desigualdad en los recursos y acceso al agua entre el norte, de clima mediterráneo, y el sur, de clima sahariano.

Amnistía Internacional (AI) alertó en su informa anual publicado esta semana de la “extrema” vulnerabilidad del país ante el cambio climático y la inseguridad alimentaria, debido “a los limitados recursos hídricos y la previsión de que las sequías y las altas temperaturas serán cada vez más frecuentes”.

La agencia meteorológica de la ONU registró un “calor extremo” en muchas partes del norte de África, especialmente en Túnez, Argelia, Marruecos y Libia, y advirtió que los fenómenos extremos y el cambio climático están socavando la salud, la seguridad humana y el desarrollo socioeconómico en el continente africano.