México

Luis Ángel Reglero.- Malinche, la joven nativa que guió a Hernán Cortés, «no es la traición a lo propio», como muchos la reprochan en México, sino «la celebración de la confluencia» de dos mundos, asegura a EFE el autor español Álbert Vázquez.

‘Malinche. La mujer que junto a Hernán Cortés conquistó México» es el título de La Esfera de los Libros en el que Vázquez (Rentería, 1969) narra en forma de novela histórica la vida de una figura clave en la historia de América.

La joven nahua fue vendida de niña como esclava a los mayas y luego entregada a los españoles que llegaron con Cortés, para quien fue traductora, consejera y madre de su hijo Martín, uno de los primeros mestizos.

Un personaje excepcional

«Cortés habría fracasado» sin ella, pues fue quien no solo tradujo del maya y del náhuatl, sino quien interpretó para el conquistador español un nuevo mundo en el que «ese puñado de hombres está perdido, no tenían ni la menor idea de dónde se metían» cuando pretendían conquistar Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, advierte.

El autor de más de una veintena de libros, muchos sobre la llegada de los españoles a América, repasa la vida de esta mujer de comienzos del siglo XVI, sobre la que tras su muerte en 1527, con solo 24 años, cayó «el silencio de los siglos».

Hasta que después de la independencia de España el nacionalismo en México encontró en ella «un chivo expiatorio, alguien a quien echarle la culpa de todo», comenta el escritor.

Pero «los investigadores llevan mucho tiempo rehabilitando su figura, también los investigadores mexicanos, que no tienen duda de que es un personaje excepcional», sentencia.

Mexicana y española

El libro refleja la evolución del personaje, que pasa de sentirse una esclava menospreciada por su propia gente a alguien respetada por unos extranjeros hasta convertirse en una mujer poderosa en época colonial.

De su rencor hacia quienes la convirtieron en una esclava y sus motivos para la venganza a ser bien tratada por los españoles, hasta el punto de recibir un pago equivalente al de cualquier capitán de Cortés tras la caída de Tenochtitlan,

«Porque no quisisteis que estuviese con vosotros», respondió cuando el último jefe mexica, Cuauhtémoc, la pregunta por qué está con los conquistadores.

Malinalli, Marina, Malintzin, Malintzine, Malinche, su nombre evoluciona como su vida.

«Su hijo Martín es el primer mestizo con cierto rango. La idea inicial de Cortés pasa por el mestizaje. No quiere exterminar a los indios ni quiere imponer una sociedad exclusivamente europea. Quiere que ambas culturas confluyan, que la sociedad resultante sea mestiza», subraya el escritor.

Y en esa confluencia ella es clave, aunque para el relato nacionalista «es necesario que haya buenos y malos, los buenos son los mexicas y los malos son los españoles», incluida Malinche, hasta el punto de que existe la palabra malinchismo para aquellos que prefieren lo extranjero a lo propio.

«Pero nada de esto se sustenta históricamente», apunta Álbert Vázquez, que en su libro muestra como ella es tanto «la primera mexicana» como quien inaugura «un nuevo modo de ser español: el americano«. EFE