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La microbiota intestinal ¿Cómo se comunica con el cerebro?

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México.

El estómago es considerado nuestro segundo cerebro, ya que dispone de una red neuronal que habita entre sus capas y controla el movimiento de los intestinos. La microbiota que lo forma, permite triturar los alimentos y alcanzar la nutrición.

Una de las vías de comunicación que tienen nuestras bacterias del tracto digestivo con el cerebro es a través de los metabolitos, neurotransmisores que son liberados al sistema circulatorio y viajan a través de la sangre hasta llegar al sistema nervioso, donde interactúan con receptores neuronales y establecen comunicación.

Hay una relación muy importante con la ansiedad o la depresión y dependiendo de estas señales que envían las bacterias al sistema nervioso, a través del nervio vago, de la sangre, actuamos de una manera u otra y hay unas bacterias que son más beneficiosas en esta comunicación y otras que son más tóxicas.

“Por ejemplo, hay bacterias que secretan unas sustancias, unos metabolitos que pueden activar los niveles de serotonina y como bien saben, la serotonina es una hormona, que es considerada la hormona de la felicidad, y tenemos muchos receptores para esa hormona precisamente en los intestinos, y en otras partes, entonces dependiendo de esta liberación, de estas señales que envían unas bacterias específicas pues liberamos más o menos serotonina, se piensa que incluso el 80 por ciento de la serotonina proviene de nuestros intestinos”, explicó la neurocientífica Sonia Villapol.

La microbiota intestinal se ve influenciada por la dieta, el entorno o el uso de medicamentos como antibióticos. Villapol también estudia cómo esta afecta al sistema inmune y puede ayudar a reducir la inflamación cerebral causada por padecimientos como el Parkinson o Alzheimer. Además, forma parte del equipo de investigación internacional de COVID-19, que analiza los efectos del coronavirus en el cerebro y sistema nervioso y asegura que dependiendo del tipo de bacterias de cada paciente se puede tener un indicador de si esta enfermedad será grave o moderada.

“Se ha visto que los enfermos de la COVID-19 hospitalizados, el 80 por ciento de ellos tenían déficit de Vitamina D, y este es un componente muy importante modulado por las bacterias, también el OMEGA 3 es otro componente que producen las bacterias, y se vio que los enfermos que se recuperaban antes eran después de un tratamiento con Omega 3, y estos componentes que tienen una relación directa con la bacterias son tratamientos o probióticos que se pueden administrar que benefician el estado inmune y el refuerzo del sistema inmune”, agregó Villapol.

Por: Canal 22

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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