¿Cómo funciona nuestra piel? Aquí te lo explicamos

Alemania.

Tenemos mucho que agradecer a nuestra piel. Nos protege de los rayos UV, enfría nuestro cuerpo si hace calor y nos mantiene templados si hace frío. Forma una barrera contra intrusos como virus y bacterias, además de que puede regenerarse. Pero no es solo una cubierta, sino un órgano vivo.

Las células madre producen constantemente nuevas células cutáneas, mientras que las viejas mueren y se desprenden. La capa superior de la piel llamada epidermis, se renueva por completo aproximadamente una vez al mes.

La relación de la piel con el sol es compleja, por un lado depende de su ayuda, por ejemplo, en la producción de vitamina D3.

Por otro lado, los rayos solares pueden provocar la inflamación de las células de la piel y dañar su material genético. Las mutaciones de las células madre en la capa inferior de la epidermis, son causa frecuente de cáncer de piel.

Unas células especiales llamadas melanocitos, ofrecen ayuda al producir melanina. Este pigmento absorbe y dispersa a los rayos UV protegiendo así a las células. El pigmento oscuro, eumelanina, es especialmente eficaz: cuanto más produce la piel más oscura se ve.

Debajo de la epidermis se encuentra la dermis, aquí están las terminaciones nerviosas que registran y transmiten el tacto o el dolor. Los vasos sanguíneos y linfáticos que nutren a las células cutáneas y ayudan a combatir a los invasores.

Folículos pilosos que producen nuevos pelos. Glándulas sebáceas cuya secreción oleosa forma una película protectora y mantiene la piel flexible y las glándulas sudoríparas. Algunas de ellas segregan olores, pero sobre todo enfrían el cuerpo produciendo sudor que se evapora de la superficie de la piel. En cambio, el tejido adiposo bajo la dermis proporciona calor y la energía se almacena en las células grasas, a veces más de lo que nos gustaría.

La piel es nuestro órgano más grande, pesado y sorprendentemente elástico, al fin y al cabo, cambia tanto como el cuerpo que rodea.