Iberoamérica. 

El número de embarazadas o madres lactantes que sufren malnutrición severa se ha disparado un 25 % desde 2020 en doce países de África y Asia especialmente afectados por la crisis alimentaria, según alertó este lunes Unicef.

En total, 6,9 millones de adolescentes y mujeres embarazadas o con bebés se encuentran en esa situación en ese grupo de países -Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Kenia, Mali, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen-, señala un informe de la agencia de la ONU para la infancia.

«La crisis global de hambre está empujando a millones de madres y a sus niños al hambre y la malnutrición severa», señaló en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

Según Russell, sin una respuesta urgente de la comunidad internacional las consecuencias de este problema se harán sentir durante varias generaciones.

A nivel global, unos 51 millones de niños de menos de dos años tienen problemas de desarrollo físico como consecuencia de la malnutrición y, de ellos, alrededor de la mitad sufren el problema durante el embarazo o los primeros seis meses de vida.

«Para prevenir la desnutrición en los niños, también tenemos que dar respuesta a la malnutrición en niñas adolescentes y mujeres», recalcó Russell en respuesta al informe, que se publica en vísperas del Día Internacional de la Mujer.

El África subsahariana y Asia meridional son el epicentro de esta crisis de malnutrición femenina y allí viven dos de cada tres adolescentes y mujeres con un peso excesivamente bajo y tres de cada cinco de las que sufren anemia.

Unicef destaca que las crisis alimentarias afectan de manera desproporcionada a las mujeres y que la situación ha empeorado en los últimos años.

En 2021, señala el informe, había en el mundo 126 millones más de mujeres que hombres en situación de inseguridad alimentaria, una diferencia que era más del doble de la que había en 2019.

En respuesta, Unicef pide trabajar para que niñas adolescentes y mujeres puedan acceder a dietas nutritivas, seguras y asequibles y a que se las proteja de alimentos ultraprocesados, al tiempo que anima a expandir el refuerzo con micronutrientes de productos básicos como harina, aceite o sal para evitar carencias, entre otras cosas.