Costa Rica.
Un viaje a las profundidades de la Tierra y una vista impresionante de Guanacaste: así se resume la aventura en el Parque Nacional Barra Honda, ubicado en la provincia de Guanacaste, Costa Rica. Desde el ferry hasta las cavernas, cada paso revela la riqueza natural y la biodiversidad de esta joya escondida.
Al llegar al parque, el administrador Dorian Méndez recibe con entusiasmo. «Hoy tenemos un día perfecto para caminar, con una fluctuación de insectos muy bonita. Estamos en la época de transición, lo que significa que hay una gran cantidad de vida en el ecosistema», explicó.
El recorrido inicia con un ascenso de dos kilómetros por el Sendero de los Laureles, que conduce a impresionantes miradores y a la entrada de las famosas cavernas. Descender a las profundidades del parque es una experiencia única. Se preparan con arnés, casco y guantes para un descenso vertical de 17 metros, guiados por Yenys Baltodano, experimentada guía del parque.
Una vez dentro, la primera parada es la Sala de las Papayas, llamada así por sus espeleotemas con formas similares a la fruta. «Estas formaciones tardan entre 1.000 y 3.000 años en crecer un solo centímetro», detalló Yenys, resaltando la fragilidad y la historia milenaria de las estructuras subterráneas.
Tras explorar la caverna y ascender de vuelta a la superficie, la aventura culmina en el Mirador Nacaome, donde la vista de la Península de Nicoya se despliega en todo su esplendor. «Desde aquí podemos ver Cabo Blanco, las islas del Golfo y el sector de Nicoya. Es un cierre perfecto para el recorrido», comentó Méndez.
El Parque Nacional Barra Honda es un destino que combina emoción, historia y naturaleza en un solo lugar. Una experiencia imperdible para los amantes de la aventura y la exploración.
Por: QUINCE UCR.