México.

En 1940 solo se cultivaron rosas rojas, amarillas, blancas y rosadas. En la actualidad los agrónomos cosechan este tipo de flores en más de 18.000 diferentes tonos. Esto se debe a que han ubicado y extraído la sustancia base de cada rosa. La sustancia que da el color y el aroma característicos de la planta. Sin embargo el aroma se ha ido perdiendo al aumentar la producción de pigmento.

El aroma de las flores está compuesto por sustancias químicas volátiles como alcoholes, aldeídos, ácidos grasos y terpenoides. Y le sirve como defensa contra los depredadores. Por ejemplo, cuando un gusano mordisquea una flor, la planta libera sustancias aromáticas que atraen a las avispas. Estas llegan y colocan sus huevecillos de los que saldrán larvas que se alimentarán del gusano eliminando así a la plaga. Se trata de una verdadera guerra de armas químicas entre las plantas y los depredadores.

Un grupo de bioquímicos investiga en las células de la flor los genes encargados de la producción de enzimas que generan los olores. Esto para obtener altas concentraciones y utilizarlos como insecticidas naturales que no dañen al ambiente. Además de poderlos aprovechar en la industria de los perfumes.

Por: DGDC.