Ecuador.
Hierba, hachís, ganja, marihuana, son muchos los nombres que se han dado a una planta que ha convivido con el ser humano por más tiempo del que se piensa y no como droga, sino como alimento, medicina, materia prima para textiles y mucho más.
“El cannabis es una planta endémica del sudeste asiático. Tenemos registro histórico de uso de cannabis de más de 5 mil años. Existen algunos nuevos papiros que se están investigando que podrían ser más de 7 mil 500 años del uso humano del cannabis”, dijo Alonso Martínez, médico especialista.
Desde Asia el cannabis sativa se difundió Asia Oriente Medio y Europa principalmente a través de rutas comerciales como la ruta de la seda. Su llegada al Nuevo Mundo, América, data del siglo XIX, traída por los colonizadores particularmente con los españoles y portugueses. Cannabis, una controvertida planta considerada droga y medicina a la vez, sigue despertando la curiosidad de los investigadores, en especial, en el área de la salud mental.
“Queremos que sea más predecible el efecto terapéutico, entonces, en la ciencia todavía falta especificar o desglosar qué cannabinoides sirve para qué cosa y en qué dosis. Entonces, en eso sí estamos avanzando”, dijo Isabella Espinoza, médico en plantas medicinales.
Las flores del cannabis producen innumerables compuestos químicos, entre ellos los terpenos, flavonoides y los cannabinoides. Aquí tenemos al THC, responsable del efecto psicoactivo y al CBD, sin efectos embriagantes, pero sí relajantes. Sorprendentemente, estos compuestos orgánicos tienen la habilidad de conectarse con muchas células de nuestro cuerpo, como la llave de un candado molecular, pues tenemos nuestro propio sistema endocannabinoide.
“El sistema endocannabinoide es un director de orquesta y cada componente del sistema endocannabinoide es cada integrante de la orquesta, pues si uno no funciona, evidentemente, la orquesta no puede generar un rendimiento adecuado”, explicó Sebastián Mosquera, psiquiatra.
“Incluso desde la leche materna ya porta estas sustancias de endocanabinoides. Si el cuerpo requiere, por ejemplo, regular temperatura corporal, glucosa, funciones neurológicas, funciones del sistema inmunitario, todo eso, funciona a través del sistema endocanabinoide, que es un sistema bien abundante e importante en el cuerpo humano”, agregó Isabella Espinoza.
Conocer qué cantidad de cannabinoides necesita cada organismo humano abre muchas puertas en el tratamiento de diferentes males, entre ellos el insomnio. El estudio de los cannabinoides sigue creciendo y creciendo, no olvidemos que hay más de 100 cannabinoides identificados, por ejemplo, el cannabidivarina, CBDV, está siendo estudiado actualmente para tratar un tipo de epilepsia, donde resultaría incluso más eficaz que el CBD.
“Yo creo que el futuro del uso médico del cannabis y en salud mental es muy venidero y sobre todo basados en la ciencia. Regirse a un método científico, estandarizado, reproducible, conociendo, como decía, los beneficios y los riesgos, asegurado el bienestar del paciente puede ayudarnos a generar un uso responsable y generando resultados que al menos en mi práctica he encontrado favorables”, concluyó Mosquera.
Por: Viviana Ovando / UTN.
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