México.

El amaranto es uno de los cultivos más antiguos de Mesoamérica, el grano se domesticó en América hace más de 4.000 años por culturas precolombinas. Era consumido por los guerreros aztecas para incrementar su fuerza y lo consideraban sagrado porque resistía las sequías.

Sin embargo, la producción de amaranto disminuyó drásticamente después de la Conquista española, entre 1577 y 1890, pues su consumo era casi nulo debido a su uso ritual, que los españoles no aprobaban.

Además de ser una planta hermosa debido a sus brillantes colores amarillos, violetas y rojos intensos, el amaranto también aporta importantes beneficios a la salud de sus consumidores. El cereal aporta, también, vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3, ácido fólico, calcio, hierro y fósforo, y es una fuente rica en aminoácidos como la lisina.

El amaranto destaca también por su bajo impacto ambiental, ya que puede ser cultivado en cualquier lugar sin requerir mucha agua e, incluso, en condiciones de sequía.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el amaranto es considerado como el «mejor alimento de origen vegetal para el consumo humano» por su alto valor nutricional.