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Parque Nacional Camino de Cruces, una ruta extraordinaria por recorrer

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Panamá. 

Ubicado en el corregimiento de Ancón a unos 4 kilómetros del centro de la ciudad de Panamá, el Parque Nacional Camino de Cruces (PNCC) fue establecido mediante la Ley No. 30 del 30 de diciembre de 1992 y forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), administradas por el Ministerio de Ambiente. El mismo cuenta con aproximadamente 10,000 hectáreas de bosque húmedo tropical y partes de bosque selvático. 

El PNCC forma parte de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá a la par del Parque Nacional Soberanía (PNS), Parque Nacional y Reserva Biológica Altos de Campana, el Parque Nacional Chagres (PNCh) y el Monumento Natural Barro Colorado. 

Disney Fajardo, jefe del Parque Nacional Soberanía y del Parque Nacional Camino de Cruces del Ministerio de Ambiente explicó que “los parques nacionales tienen sus planes de manejo donde hay su zonificación. Una de estas zonas es el área de uso público, donde se encuentran los senderos que conforman el PNCC, hay otra área de conservación y área de recuperación”. 

El personal administrativo es el encargado de cuidar el cumplimiento de los objetivos de cada una de estas áreas dentro del PNCC; a través de políticas, normas, directrices, usos posibles, acciones y estrategias a seguir, apoyado en los guardaparques que se encargan de patrullar las zonas y durante la estación seca del control de fuegos forestales. Estos últimos han detonado una disminución significativa en la última década gracias a proyectos de reforestación en las áreas donde existía la paja canalera, que es susceptible al fuego. 

Contexto histórico

El estudio de los múltiples componentes del PNCC ha permitido conocer las funciones históricas del establecimiento del Camino de Cruces (situado en el PNCC). 

De acuerdo con la investigación de Azael Barrera “El Camino de Cruces: La Primera Ruta Multimodal de las Américas” publicada en el 2011, el Camino de Cruces fue el “primer ejemplo de ruta de transporte multimodal de las Américas (marítima, fluvial y terrestre) que constituyó el eje que construyó el país y fue el núcleo que plasmó…el destino y vocación mundial de la República de Panamá como la Encrucijada de las Américas y Puente del Mundo”. Adquirió este nombre ya que servía para cruzar de un mar a otro, y en la práctica “mediante esta vía se realizaban los cruces por el territorio”, como lo detalló Luis Alfonso Puleio en su libro “Caminos Coloniales de Panamá (Elucubraciones de un explorador)”. 

Como fue señalado por Puleio en el mismo libro, fueron dos los caminos principales: el Camino Real y el Camino de Cruces, ambos forjados con fondos de la corona española, esto “les daba su denominación de Caminos Reales”. 

Otra de las relevantes acotaciones en el libro de Puleio señala que el Camino Real de 1519 conectaba el Mar Caribe con el Océano Pacifico durante la época colonial y fue construido de “piedra dura de río o canto rodado, para compactar el suelo…también se empleó la piedra caliza”. Esta ruta fue pensada para transportar metales preciosos, por lo cual era custodiada, mientras que el Camino de Cruces de 1527 era la ruta administrativa que “movía mercancía de España a Panamá o hacia Sudamérica y viceversa”.

En cuanto a su recorrido, el Camino Real tomaba cinco días para atravesarlo, mientras que el Camino de Cruces demoraba de doce a quince días de viaje. Como lo menciona Barrera en su investigación del 2011, es en el año 1671 cuando el pirata Henry Morgan destruye la ciudad de Panamá y no es hasta dos años después que la ciudad es trasladada a San Felipe, lo que hoy conocemos como Casco Antiguo, y es entonces cuando ambos caminos reales modifican su dirección a la nueva Ciudad de Panamá.

Ambos caminos integraban un “eje transístmico que sellaron el destino de Panamá como un país de tránsito y un destino multimodal del movimiento de mercancías” explicó Fajardo, Jefe del PNCC. Como explicó Puleio en su publicación, estas rutas comunicaron a las colonias y la corona española de “manera ininterrumpida entre el siglo XVI hasta 1855, cuando entra en funcionamiento el ferrocarril de Panamá, construido por los estadounidenses”.

Estos caminos reales fueron bases trascendentales y a su vez ejemplo para el desarrollo del ferrocarril transístmico antes mencionado, como también para la construcción de la vía interoceánica, dándole al país su posición de eje de tránsito y conectividad internacional. Es así como se lograría lo que hoy conocemos como el Canal de Panamá.

Camino de cruces en Gamboa. Foto: Mi Ambiente.
Riquezas naturales

El Parque Nacional Camino de Cruces (PNCC) cuenta con gran riqueza en sus recursos naturales y una vasta diversidad de flora y fauna. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), dentro de las especies que podemos encontrar destacan: conejo pintado, ñeque, poncho, ardilla colorada, nutria, gato solo, olingo, ocelote, yaguarundí, margay, mono cariblanco, mono nocturno, mono tití, mono aullador, saíno, cola blanca, corzo, zarigüeya, zarigüeya lanuda, zorra acuática, hormiguero y armadillo.

En cuanto al bosque húmedo tropical, Mi Ambiente señala que el parque cuenta con especies de hasta 20 metros de altura, árboles conocidos con el nombre común de: el cuipo, ceiba y espavé. Además, se puede observar: corotú, guácimo colorado, mameicillo, amarillo, guayabo de montaña, cañafístula, jobo, tinecú, guayacán, entre otros. En la extensión de bosque se presentan variedad de relieves, que permiten observar asociaciones vegetales dentro de la zona de vida, los cuales incluyen un considerable número de especies de flora (árboles, arbustos, hierbas, lianas y bejucos).

Su importancia como cualquier espacio o bosque natural es de conservación a los ciclos de agua, aire y producción de oxígeno, “al contar con especies nativas y las mismas haber evolucionado ahí permite que cumplan sus roles ecológicos”, nos explicó Nelson Guevara del Grupo Biológico BioMundi. 

Debido a su proximidad con la Ciudad de Panamá, este parque garantiza en gran medida la calidad de vida citadina y como nos explicó Fajardo: “siempre hago la analogía de los bosques tropicales que protegen estos parques, son como una farmacia al aire libre en donde probablemente está la cura de muchas enfermedades, entonces no sólo la conservación de la fauna y la flora, sino también de muchos compuestos químicos que pueden representar curas para muchas enfermedades de la humanidad”. 

El PNCC conforma “un eslabón de un corredor biológico que hay desde el lado pacífico hacia el caribe, forma una cadena de parques nacionales, que va a permitir el paso de fauna y flora. Si venimos del lado de la Ciudad de Panamá del pacífico hacia el caribe encontramos el Parque Nacional Metropolitano, Parque Nacional Camino de Cruces, Parque Nacional Soberanía, encontramos el área recreativa del Lago Gatún, San Lorenzo, ya está área es caribe” describió Fajardo. 

Y es que uno de los objetivos principales del PNCC es “garantizar el flujo biológico que permita la conservación a largo plazo de la biodiversidad y la supervivencia de las especies de flora y fauna”, como fue establecido en la ley 30 publicado en gaceta oficial el 6 de enero de 1993. Sin embargo, se han construido infraestructuras y carreteras como lo es el caso de la Vía Centenario que conecta con el Puente Centenario, el cual fue construido como segunda vía de conectividad entre el interior del país y la Ciudad capital. Tanto este como futuras construcciones que traspasan o se han dado al redefinir los límites del PNCC, han ido forjando desarrollo hacia esa área de la ciudad y que pasan por el corazón de las áreas protegidas, vulnerando el PNCC y a su vez afectando el ecosistema.   

Además de reconocer este atentado contra la biodiversidad y los esfuerzos por contrarrestar sus efectos, se debe recordar el recurso hídrico que mueve la vía Interoceánica, este a su vez es uno de los principales dependientes del corredor de parques nacionales. Puleio explicó cómo la función específica de la selva de la zona del canal es “captar agua, mantener los suelos y crear las condiciones hidrológicas para el funcionamiento del Canal de Panamá”. 

Senderos y actividades para recreación 

Tomando en cuenta que en el área del PNCC cercana al Canal de Panamá no se encuentran montañas altas, los senderos señalizados a lo interno del parque son fáciles de recorrer y para todas las edades. Parte de las actividades que se pueden desarrollar figuran como engranajes claves del ecoturismo. 

Disney Fajardo, Jefe del PNCC nos describe brevemente estos cuatro senderos que se encuentran dentro del parque y que permiten realizar diversas actividades: 

El sendero Camino de Cruces cuenta con aproximadamente 14 kilómetros del empedrado, que sale de la sede administrativa del parque, hasta la carretera. El empedrado colonial se puede observar gran parte del sendero y en buen estado de conservación. Este camino que no solo se limita al PNCC, es un camino que llegaba en su entonces a la Ciudad de Panamá Viejo y luego cuando se reubicó la ciudad hacia Casco Antiguo, también se desvió en esa dirección y las ciudades estuvieron conectadas gracias a este camino junto con el Camino Real

En el PNCC se puede observar este empedrado, que también llega inclusive al Parque Nacional Soberanía, en donde se encuentra el poblado o las ruinas de venta de cruces, por lo tanto, es uno de los puntos importantes donde se puede observar el trazado original prácticamente inalterado salvo por el paso del tiempo.

Sendero Camarón: No tiene más de 800 metros de largo, por lo que observar flora y fauna es bastante sencillo. Lo utilizan familias con niños, personas mayores que quieren conocer la naturaleza sin caminar largas distancias.

Sendero Búho de Anteojos: Es un sendero con un grado de dificultad, tiene más subidas, no pasa de los 2 kilómetros y llega a unas colinas donde hay una buena vista del área de Merca Panamá. 

El circuito de senderos el Guardaparque: En este sendero la entrada sí está del área de la carretera Omar Torrijos, es un circuito de senderos que está cerca del lago brazo camarón y también es de una dificultad entre fácil y moderado, presenta algunas pendientes.

En estos caminos se puede aprovechar para explorar, hacer senderismo u observación de flora y fauna a través de un senderismo naturalista (avistamiento de aves y otras especies), o senderismo histórico recorriendo el camino de cruces. También cuenta con área para acampar e incluso un lago. El promedio de visitantes que recibe el PNCC al año es de aproximadamente 10,000 a 15,000 personas, tomando en referencia el 2019, considerando que durante la pandemia esto disminuyó considerablemente a consecuencia de las restricciones que fueron establecidas.

Camino de cruces en Gamboa. Foto: Mi Ambiente.
Esfuerzos para el aprovechamiento responsable de los recursos naturales e históricos

Producto de lo que ha significado el PNCC en la historia colonial de Panamá, son varios los esfuerzos que se realizan para el aprovechamiento responsable del recurso natural, con miras a incentivar y educar a la población en la conservación de los recursos naturales y patrimonio histórico que ahí se encuentran. 

Tal es el caso de Luis Puleio, conservacionista y explorador nato, quien en su afán de aventura, ha trabajado para entender la historia y dar a conocer la importancia de preservar rutas coloniales españolas perdidas en el follaje de los Parques Nacionales. Su trabajo de investigación se cristaliza en su libro “Caminos Coloniales de Panamá” (Elucubraciones de un explorador), en el cual hace un recuento de su investigación y exploraciones de esos “caminos que fueron precursores del Panamá moderno”, comentó Puleio. Y es que los parques de Portobelo, Chagres, Soberanía y Camino de Cruces son piezas claves para la conservación y proyección de las rutas hispánicas en Panamá, como parte de la identidad nacional. 

Puleio explicó cómo “explorando la selva a cabalidad, el camino de Cruces que inicia en Chagres en la venta de Cruces… poco a poco encontré otros empedrados y no sabía…pero estos empedrados no son los del camino de Cruces, sino de la ruta de Gorgona que inicia en Chagres (De 1735 paralelo al de Camino de Cruces) cuando se dio la fiebre de oro de California en 1849, esa ruta es inédita”. 

Son precisamente estos caminos coloniales los que Puleio se ha dedicado a mantener a golpe de machete y con la ayuda en de organizaciones como los vecinos de Clayton y Cruces Trails, quienes a su vez se han sumado a los esfuerzos por preservar la historia y llevar informes de estas rutas para la identificación, reconocimiento y registro por parte de la Dirección Nacional del Patrimonio Histórico/INAC y la historiografía de la República de Panamá. Juan Chávez es uno de los vecinos residentes de Clayton (circundantes con el PNCC). Explicó que otro de los apoyos es “darle mantenimiento al borde de ese parque, para tratar de que no se afecten los patrimonios culturales”.

Ante diversos episodios de posibles deterioros o eliminación de los Caminos Coloniales investigados por Puleio, este nos menciona que “la idea es que la modernidad no rivalice con la historia”. Estos bosques históricos, representan en las palabras de Puleio un “caudal infinito del conocimiento colonial de Panamá”. 

Por su parte Cruces Trails OBC, es una Organización de Base Comunitaria, que como nos explica su presidenta Michelle Pérez, “su objetivo principal es representar y promover los valores e intereses específicos en las comunidades, así como trabajar para realizar proyectos propios y de desarrollo ambiental sostenible en su entorno”. Tal y como lo mencionó Fajardo: “recordemos que hay la puerta abierta para la creación de organizaciones de base comunitarias y también como organizaciones y fundaciones de manejo compartido, que es una gran ayuda y apoyo al parque”.

Por su parte Rafael Morales, director de proyectos y actividades de esta organización, nos comentó sobre algunas de las alianzas en las cuales trabajan actualmente y parte de estas están ligadas a “la protección bio-social tanto de las áreas verdes como el legado histórico cultural y obviamente la sostenibilidad del medio ambiente local…esto ayuda a la sostenibilidad del ambiente a nivel del parque”. En cuanto a la protección de los caminos coloniales, Morales nos expresó que si “el progreso va a entrar trata de tocar las áreas de menor impacto del sitio protegido y protege los legados coloniales”. 

En la experiencia de Nicole Barrios, fundadora de la iniciativa Hiking Feminista, uno de los complementos que pueden ayudar a trabajar la conservación en el PNCC es el voluntariado, como nos detalló este “puede ayudar a visibilizar lo que esta pasando en el parque, hay que apropiarse de lo que hay…siento que el voluntariado, la recreación al aire libre, utilizar el parque y que los mismos usuarios hablen”.

Como todo Parque Nacional podemos encontrar amenazas, que con el pasar de los años incrementan el riesgo de perder poco a poco áreas protegidas por diversos factores. Entre los más comunes en el PNCC encontramos la tala y la caza ilegal, fuegos forestales, asentamientos ilegales por parte de invasores, mientras que por otro lado las construcciones y ampliaciones de carreteras que se dan en los alrededores del parque, lo cual infiere de manera directa o indirecta en la conservación del recurso natural e histórico del parque. 

En los esfuerzos por parte del Estado panameño con miras a solventar la situación, está llevando a cabo el proyecto de una veterinaria en el PNCC para atender a los animales en sitio, sobre todos aquellos que sufren accidentes consecuencia de la carretera que atraviesa el parque, para que puedan ser tratados por expertos y ser reinsertados en su hábitat.

En segundo lugar, el monitoreo dentro del parque como una alianza con la Universidad de Panamá, con miras en el desarrollo científico del parque, busca cuantificar la producción de dióxido de carbono por la ciudad, este se basa en la cantidad de CO2 que el mismo bosque produce. Una vez conociendo esta dinámica se pueden establecer muchas medidas “como servicios ambientales que producen los bosques como la emisión de bonos verdes por la captación de CO2 y se van a realizar dentro del parque y en áreas que no están lejos de la ciudad”, detalló Fajardo, jefe del Parque Nacional Soberanía y del Parque Nacional Camino de Cruces del Ministerio de Ambiente.

También el aventurismo en Panamá, impulsando educación por medio del turismo donde se protege el recurso natural y el área silvestre. En este caso enfocado en el turista y el panameño, como consecuencia atrae a personas conservacionistas enfocados en las aves.

 Todos estos esfuerzos y otros incluyen al Parque Nacional Camino de Cruces como parte de El Plan Maestro de Turismo Sostenible (PMTS 2020-2025), que ejecuta la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), con el cual propone implementar el modelo Turismo-Conservación-Investigación (TCI), estrategia de diferenciación para fortalecer a Panamá como destino turístico.

Por: Daniela Rodríguez / Pe­rio­dis­ta del Post­gra­do en ‘Pe­rio­dis­mo 4.0’ © del Ins­ti­tu­to de In­ves­ti­ga­cio­nes Apli­ca­das, iia­fEC, Pa­na­má.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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