México.
Un parásito es un organismo que vive a expensas de otro, generalmente son de menor tamaño que sus hospederos y pueden vivir sobre de ellos, como los piojos, ácaros y pulgas o viven adentro como las lombrices intestinales. Aunque la mayoría de las personas los consideran desagradables, feos, malignos, esto no es así.
En los ecosistemas, los parásitos juegan un papel importante, pues son un componente de la biodiversidad y desde el punto de vista ecológico, ayudan a regular la población de sus hospederos, es decir, matan algunos individuos, pero en su mayoría pasan desapercibidos. Incluso, algunas especies son utilizadas como bioindicadores y biomonitores de la calidad ambiental.
Su ausencia en un ecosistema es un foco rojo de alerta, pues indica que puede haber un problema de contaminación química u orgánica que está afectando a la población de los hospederos intermediarios y definitivos. Por esto, los parásitos no pueden cerrar sus ciclos de vida, algunos de ellos tienen ciclos de vida directos, es decir, solo necesitan un tipo de hospedero, por ejemplo, los monogeneos que viven en la branquia de los peces. Otros parásitos necesitan de al menos dos especies de hospederos. En este caso, tienen ciclos de vida indirectos, por ejemplo, las solitarias, el gusano de esta especie vive en el intestino y su larva llamada cisticerco vive en el músculo del cerdo.
Por: UAEH.