Por: Ma. Luisa Santillán/Beatrix Gutiérrez,DGDC-UNAM.
Transitar ante una enfermedad que probablemente es incurable no es fácil para nadie y menos cuando se trata de un niño con cáncer. ¿Cómo explicarle qué es lo que está viviendo y cuándo podrá reincorporarse a sus actividades cotidianas?
El cáncer en niños y adolescentes representa la segunda causa de muerte en la edad pediátrica (entre 4 y 15 años) pero la primera por la que sufren enfermedad. Es un problema de salud pública y un padecimiento de alto impacto físico, social y psicológico tanto para el niño como para su familia, además del impacto económico que también representa.
La tasa de mortalidad en nuestro país es de 5.3 por cada 100 mil habitantes, pero en adolescentes esta cifra se incrementa casi al doble, pues es de 8.5 por cada 100 mil habitantes, destacó la doctora Farina Esther Arreguín González, académica de la Facultad de Medicina.
En países con un alto ingreso económico, como Estados Unidos, la sobrevida global en un niño que tuvo cáncer es de alrededor de 80%, es decir, que de 10 niños 8 se pueden curar, sin embargo, en nuestro país esto no es así, la sobrevida global a 5 años es de alrededor de 50%.
Para llegar a una alta tasa de curación es importante que se conjunten diferentes factores; primero, que los pacientes tengan acceso a un sistema de salud, lo cual en México está cubierto, porque quienes carecen de seguridad social tienen el seguro popular que cubre todos los tipos de neoplasias.
Otro factor sería que los médicos de primer contacto, a los cuales acuden los padres cuando su hijo está enfermo, tienen que sospechar que el niño puede tener cáncer y enviarlo lo más pronto posible a un centro de referencia acreditado para su tratamiento.
La universitaria realizó un estudio relacionado con el retraso en el diagnóstico y la referencia oportuna; a partir de los resultados se detectó que los papás tardan aproximadamente dos semanas a partir de que sospechan que su hijo está enfermo y lo llevan con el médico de primer contacto; sin embargo, éste tarda alrededor de 105 días en enviarlo a un hospital especializado.
“El cáncer infantil es curable si se detecta a tiempo, nosotros podemos llegar a esas altas tasas de curación que hay en otros países, pero tenemos que sospechar que existen y hacer la referencia oportuna a un centro especializado”, puntualizó la doctora Arreguín.
Detección oportuna y referencia temprana
Personal certificado:
Una problemática que se presenta en pacientes con cáncer en edad pediátrica es la falta de personal certificado en oncología pediátrica y en cirugía oncológica pediátrica. En México, sólo hay 237 oncólogos pediatras certificados y 420 oncólogos médicos, además la mayoría de ellos se encuentran en la capital del país.
Referencia oportuna:
Es importante que se realicen talleres de sospecha de detección oportuna para enseñar a los estudiantes y médicos de primer contacto a hacer un diagnóstico correcto y enviar al paciente con sospecha de cáncer a un centro de referencia acreditado para el tratamiento de este tipo de tumores. Así recibirá un tratamiento oportuno.
Cáncer en la adolescencia:
En los jóvenes con cáncer se presenta otro problema que es el abandono del tratamiento el cual llega a presentarse hasta en un 50% de los casos. Las causas de este abandono son multifactoriales. Puede influir que los jóvenes están en una etapa en la que experimentan cambios propios de su edad más los que viven por la enfermedad.
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