Una variedad única de célula inmunológica podría ser la fuente oculta de los anticuerpos responsables de numerosos tipos de alergias en seres humanos y que estas perduren en el tiempo, según estudios realizados por dos equipos de investigadores.
Las investigaciones que publica hoy Science Translational Medicine se basan en estudios en niños y adultos con alergias comunes, por ejemplo a los cacahuetes, y sus datos podrían ayudar a identificar la verdadera fuente de la memoria alérgica.
Las alergias afectan a más del 10 % de la población mundial y pueden ser desde estacionales leves hasta reacciones potencialmente mortales a algunos alimentos.
Estas respuestas inmunológicas anormales resultan de los anticuerpos IgE dirigidos contra alérgenos, los cuales son producidos por células plasmáticas.
Sin embargo, estas células plasmáticas suelen tener una vida corta a pesar de que las alergias, a menudo, perduran toda la vida, lo que llevó a los investigadores a preguntarse cómo otras células reponen este conjunto de productores de IgE.
El primero de los estudios, encabezado por Miyo Ota de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai (EE.UU), describe el descubrimiento de una población de células inmunológicas que mantienen la producción de IgE en niños con alergia a los cacahuetes.
Los investigadores examinaron células inmunológicas de 58 niños alérgicos a los cacahuetes y 13 no alérgicos, y descubrieron que los primeros tenían grandes cantidades de un tipo único de célula B llamada de memoria polarizadas tipo 2, explicó Science Translational Medicine en una nota.
Estas células expresaban receptores de células B altamente mutados que reconocían específicamente el alérgeno del cacahuete (Ara h 2) y podían cambiar rápidamente a la producción de IgE.
Estos datos sugieren que las células de memoria polarizada tipo 2 podrían explicar la naturaleza duradera de las alergias a los cacahuetes.
La segunda investigación, liderada por Joshua Koening, de la Universidad McMaster de Canada, descubrió, de manera similar, que la misma población de células B de memoria polarizadas tipo 2 también mantiene la memoria alérgica.
Para sus descubrimientos se basaron en un estudio de seis adultos con alergias al abedul; cuatro a los ácaros del polvo, y cinco no alérgicos, además de datos de adultos con alergia a los cacahuetes.
De igual forma, descubrieron que las citadas células generaban IgE contra antígenos específicos en algunos pacientes mientras recibían inmunoterapia sublingual para sus alergias, demostrando así que estas células actúan como un importante reservorio para el anticuerpo.
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