Argentina.
La simulación clínica se está implementando cada día más como herramienta pedagógica en la educación superior. El objetivo se centra en que los y las estudiantes puedan desarrollar sus habilidades, destrezas y actitudes en escenarios seguros, previo a las prácticas en pacientes reales.
«La simulación clínica es una estrategia pedagógica que tiene mucha planificación muy estructurada en la cual, el estudiante es el centro, digamos del aprendizaje, o sea, depende de cada estudiante y obviamente desde el docente que planifique esa actividad de aprendizaje. Generalmente tiene partes: una primera parte es donde el alumno estudia con una guía de lectura dirigida con bibliografía; después tiene otra parte que se llama pre–briefing, que es una actividad que se realiza antes de la simulación clínica; después directamente a la simulación que nosotros le decimos corrida; y después el debriefing o retroalimentación, que es la parte más importante de la simulación química en donde el estudiante realmente reflexiona de lo que está haciendo y aprende, siempre acompañado de un buen facilitador que va a ser el docente. En esas actividades siempre se trata de que el estudiante reflexione, a través de la experiencia y siempre se trabaja con la seguridad, tanto del estudiante, pero principalmente prepararlos para que los pacientes el día de mañana tengan esa seguridad de no practicar en la primera vez en una persona real que está enferma, que ya por lo menos hayan pasado por esa experiencia y que tengan habilidades comunicacionales, habilidades que en realidad son competencia desde la comunicación hasta la técnica en sí que se tiene que saber como médico», dijo Ana María Sepúlveda, docente e instructora en Simulación Clínica en UNMDP.
En la Escuela Superior de Medicina, la simulación clínica se encuentra ‘curricularizada’, es decir, que los estudiantes comienzan a trabajar con estas herramientas desde el primer año hasta el último.
“Obviamente tienen diferentes grados de complejidad de habilidades a medida que van pasando el transcurso de la carrera, eso se va haciendo más complejo y van integrando más conocimientos”, dijo Zaida Lassaga, docente de la Escuela Superior de Medicina de la UNMDP.
En este caso, están haciendo un laboratorio de simulación clínica donde el objetivo es que los estudiantes puedan adquirir esas habilidades con simuladores.
“Estamos haciendo una punción lumbar. Intentamos también que se mantenga todo lo más real posible justamente para disminuir el error médico en un futuro del estudiante de medicina. Que el egresado tenga esa cercanía, ese acercamiento a la realidad del día de mañana en la cual va a trabajar”, agregó Lassaga.
“La tendencia actual de la educación superior médica es trabajar sobre la seguridad de los pacientes que están en las comunidades y que los futuros profesionales van a trabajar con ellos en sus prácticas y sobre todo, lo otro es trabajar sobre el error médico. Formamos a profesionales que van a vivir todo el tiempo con el error médico, pero que el error va a ser en una persona. Entonces trabajar sobre eso, disminuir los errores y reflexionar a partir de esos errores para mejorar, principalmente, la salud de las personas. Hoy en día es una tendencia mundial trabajar sobre eso”, concluyó Sepúlveda.
Por: UNMDP.
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