España.
El cáncer colorrectal se origina en las partes finales del tracto digestivo: el colon y el recto. Según el informe anual de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), será el cáncer que más se diagnosticará en España durante el año 2022, con más de 43 mil casos nuevos.
Además, es el segundo tipo de tumor que más muertes causa en nuestro país, detrás del de bronquios y pulmón. En concreto, el cáncer de colon causó más de 11.000 muertes en 2020, como indican los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La mayoría de los pacientes diagnosticados con esta enfermedad tiene más de 50 años. Sin embargo, en las últimas décadas los científicos han observado un preocupante aumento de casos en pacientes jóvenes.
“Desde los años 90 aproximadamente, la tasa de cáncer colorrectal ha aumentado a más del doble en los adultos menores de 50”, señala a SINC Enrique Aranda, presidente del Grupo TTD y jefe de Servicio de Oncología Médica Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Según el experto, se estima que en 2030 se diagnosticarán uno de cada diez cánceres de colon y uno de cada cuatro de recto en población menor a cinco décadas.
Un reciente estudio, llevado a cabo en EE UU y publicado en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, detectó un aumento porcentual de la tasa de incidencia del cáncer colorrectal en los grupos poblacionales más jóvenes.
En el caso del de colon, este fue más pronunciado en el grupo de 30 a 39 años, que experimentó un aumento del 49 por ciento entre el 2000 y 2016. Por su parte, el de recto aumentó un 133 por ciento en la franja de los 20 a los 29 años durante ese mismo periodo.
“Todavía no se entiende bien esta tendencia porque es algo reciente, pero se está empezando a investigar. Lo que sí sabemos es que el cambio es claro”, explica Eduard Batllé, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IRB) de Barcelona.
Otro estudio, publicado en la revista Gut, describió una tendencia similar en 20 países europeos ─entre ellos España─, aunque más moderada: en sujetos de 20 a 29 años la incidencia de la enfermedad aumentó casi un 8 %; de 30 a 39, un 5 %; y de 40 a 49, un 1,6 %. Asimismo, otra investigación publicada en The Lancet observó un aumento significativo del cáncer colorrectal entre los menores de 50 años en países de ingresos altos como Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Diagnóstico en etapas más avanzadas
Varios de estos trabajos también coinciden en que no solo hay un aumento en el número de casos, sino que además los pacientes jóvenes presentan tumores en un estado más evolucionado que la población de mayor edad en el momento del diagnóstico.
Una encuesta realizada por la Alianza del Cáncer Colorrectal reveló que el 71 por ciento de los pacientes jóvenes fueron diagnosticados con esta enfermedad en una etapa avanzada, es decir, con mayor riesgo de metástasis.
Esto se debe a que tradicionalmente se ha asociado con una enfermedad que aparece en personas mayores de 50 años, lo que hace que muchos médicos no relacionen los síntomas con este tipo de cáncer y, por tanto, sean diagnosticados incorrectamente.
Así, el 77 por ciento de los encuestados declaró haber visitado dos médicos, y algunos más de cuatro, antes de ser correctamente diagnosticados con cáncer de colon. Además, la mayoría de los pacientes tampoco son capaces de reconocer los síntomas: un 63 por ciento de los encuestados esperaron entre 3 y 12 meses antes de consultar con su médico.
Las causas no están claras
La mayoría de los debates sobre las posibles causas del cáncer colorrectal en personas menores de 50 años convergen en tres factores que se relacionan entre sí: la dieta, las bacterias que forman parte de nuestro intestino (microbiota) y la inflamación.
La dieta poco saludable –rica en carne procesada y grasa pero escasa en fruta y verdura– predomina en muchos países occidentales en la actualidad y está relacionada estrechamente con unas altas tasas de sobrepeso y obesidad entre los jóvenes. Varios estudios realizados en ratones indican que el exceso de peso no solo incrementa la incidencia del cáncer, sino que además acelera su crecimiento.
También se ha detectado este tipo de cáncer en jóvenes con estilos de vida activos y saludables, aunque los casos son infrecuentes: “Se cree que pertenecen al 25por ciento de los ‘early onset’ −cáncer de colon y recto en menores de 50 años− que guardan relación con cuadros hereditarios y en los que no son hereditarios, la hipótesis es que tiene que ver con el microbioma –conjunto de genes de las bacterias que viven en nuestros intestinos–”, añade Ana Fernández Montes, vocal de junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), oncóloga médico del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO)
Diferentes investigaciones han demostrado cómo la dieta, el alcohol, el tabaco, la obesidad, el estrés, los antibióticos y algunas moléculas sintéticas que forman parte de los alimentos procesados (como colorantes y emulsionantes) pueden cambiar el número y los tipos de bacterias que habitan en nuestros intestinos. Esta alteración de la microbiota (también conocido como disbiosis) puede tener un efecto directo en los mecanismos que conducen al desarrollo de cáncer de colon en los más jóvenes.
Además, tanto la dieta como las bacterias intestinales se asocian a su vez con procesos inflamatorios. La inflamación genera sustancias químicas dañinas que causan mutaciones en el ADN y estimulan el cáncer, como comenta Kimmie Ng, experta mundial en cáncer de colon, en la página web del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Detección precoz y concienciación
No obstante, el cáncer colorrectal es tratable y, si se diagnostica a tiempo, curable. Los tumores surgen a partir de lesiones que inicialmente son benignas, como los pólipos ─pequeñas acumulaciones de células que se forman en el revestimiento del colon o del recto─, muy frecuentes en la población.
“Esos pólipos se pueden identificar y extirpar por colonoscopia, y así evitar que surja el cáncer. Esto es lo que se hace cuando se detecta en un estado inicial, cuando no hay metástasis, y habitualmente esos pacientes tienen una alta tasa de supervivencia”, añade Batllé.
En las últimas décadas, tanto la incidencia como la mortalidad de esta enfermedad han disminuido en general gracias a la implantación de los programas de cribado o screening que se realizan en la población mayor de 50 años. Estas pruebas diagnósticas, que analizan la presencia de sangre oculta en heces, permiten identificar a los pacientes que podrían tener esta enfermedad de una forma precoz, lo que aumenta la supervivencia.
“Los programas de screening se hacen según lo que se denomina ‘población de riesgo’, en este caso las personas entre 50 y 69 años. Ahora, a la vista de lo que está pasando en los más jóvenes, se está planteando empezarlo antes”, comenta Aranda.
En EE UU ya lo han hecho: la Sociedad Americana del Cáncer recomienda realizar las pruebas de detección precoz a la edad de 45 años. Sin embargo, en España todavía no se ha implementado una medida similar.
Además de adaptar los programas de cribado a grupos poblacionales más jóvenes, los expertos consideran que también es necesario concienciar tanto a la población como a los médicos sobre esta nueva tendencia y los síntomas que conlleva, con el objetivo de que se pueda detectar en estadios más tempranos.
Eso sí, todos coinciden en que lo más importante es evitar que aparezca el cáncer: “Eso es lo que más vidas salva. Por eso hay que hacer una dieta saludable, ejercicio físico y evitar el sobrepeso. Y si nos mandan una carta desde los centros de salud para participar en el programa de cribado del cáncer, adherirnos a ello”, concluye Aranda.
Síntomas del cáncer colorrectal
La presentación más habitual del cáncer colorrectal es:
- Presencia de sangre en heces o emisión de sangre por el recto (rectorragia).
- Dolor abdominal.
- Cambio de ritmo deposicional, ya sea en forma de diarrea o de estreñimiento.
- Debilidad y cansancio.
- Pérdida inexplicable de peso.
- Anemia. En ocasiones la sangre se puede ver en las heces o causar que estas se vean más oscuras, pero a menudo no. Con el tiempo, la pérdida de sangre se puede acumular y causar recuentos bajos de glóbulos rojos.
Cuando el cáncer se encuentra en un estado más avanzado, el tumor puede llegar a perforar u ocluir el intestino. Esto puede dar lugar a dolores abdominales intensos, a menudo acompañados de fiebre y vómitos.
Muchos de estos síntomas guardan relación con otras enfermedades, como infecciones, hemorroides o síndrome del intestino irritable. Por tanto, es importante consultar con un médico de inmediato si se tiene cualquiera de estos síntomas, para que se pueda determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
Por: SINC.
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