México.

Este es uno de los lugares con mayor biodiversidad, la reserva de la biosfera Montes Azules, el corazón de la selva Lacandona en el estado de Chiapas, considerada un gran pulmón y la mayor fuente de agua dulce en México. Aquí se concentra más del 20% de la biodiversidad de nuestro país en tan solo el 0.16% del territorio. Es la selva tropical húmeda más extensa que aún nos queda.

Sólo en este lugar habita la última población silvestre de Guacamaya Roja de México, es hogar de la mayor cantidad de especies de murciélagos del país y refugio del mítico jaguar, el tapir, el pecarí de labios blancos, el mono aullador negro y el mono araña, todas en peligro de extinción.

Los árboles, algunos de más de 65 metros de altura, son los responsables de que la Lacandona luz con atuendo siempre verde, en los que viven cientos de miles de insectos y crecen decenas de orquídeas. Esta selva es una verdadera fábrica de agua. Su clima húmedo, lluvia durante casi todo el año originada por la abundante vegetación y suelo poroso, provoca la formación de lagos y arroyos.

Al confluir, dan origen al río más caudaloso de México, el Usumacinta, la red hidrológica natural más extensa en el país que, junto con el río Grijalva, aportan el 30% del agua dulce de México. Los ríos Lacantún y Chendales, afluentes de los Usumacinta, son los mejor conservados y prístinos del territorio nacional. Esta selva es fundamental para la regulación del clima en la región, propicia las lluvias y almacena gases de efecto invernadero.

Pero en los últimos 50 años, se han perdido dos tercios de selva en la región de la Lacandona. La mayor parte del último remanente está resguardado en áreas naturales protegidas, principalmente en las reservas de la Biósfera de Montes Azules y Lacantún. Los estragos de las acciones humanas ya se perciben, se siente más calor, las lluvias son cada vez más espaciadas y los arroyos han comenzado a secarse.

El grupo de investigación de la doctora Julia Carabias, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, junto a sus colaboradores en la Asociación Civil Natura y Ecosistemas Mexicanos, han trabajado durante años en Montes Azules. Estos expertos, desde las estaciones científicas Chajul y Tzendales, promueven la preservación de estos ecosistemas y el aprovechamiento sustentable de sus recursos naturales. Realizan el monitoreo de la fauna, estudios de calidad de agua, restauración y educación ambiental. Además, promueven y apoyan proyectos sustentables con el objetivo de que sean una alternativa económica para los pobladores de la zona, ofreciendo un destino ecoturístico y conservando el ambiente.

La selva Lacandona es la porción biodiversa más valiosa de México. Su extenso territorio protegido ha permitido que los procesos físicos y biológicos continúen, por lo que debe mantenerse lo menos alterado posible. Aliados de la naturaleza estos ambientes llenos de riqueza, perduraran.

Por: DGDC.