Alemania.
Incluso las pequeñas cosas suponen un esfuerzo enorme para Lioba. Dos semanas después de haberse contagiado de COVID-19, esta joven de 30 años sigue luchando por volver a su antigua vida.
“Salía a correr cada dos días, hacía otros deportes y ejercicios. Ahora todo eso está en suspenso. Mi respiración sigue estando un poco agitada: cuando subo escaleras tengo que hacerlo lentamente y debo hacer descansos”, dice Lioba.
Ella trata de descansar más de lo habitual. El regreso a su labor como cirujana es difícil. Contrajo la COVID-19 pese a estar completamente vacunada. Durante dos semanas estuvo enferma en casa. “Sinceramente no esperaba pasar por un suceso tan grave. Pensé que alguien de 30 años, como yo, sin enfermedades preexistentes, simplemente pasaría un par de días en cama y me relajaría. No fue mi caso. Estuve muy enferma”, contó Lioba.
En Alemania cada vez hay más casos entre los vacunados: de los casi 55 millones de personas con la pauta completa, alrededor de 118 mil se han contagiado. Esta cifra también se refleja en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI): cerca del 10 por ciento de los ingresados en UCI, entre 18 y 59 años, están vacunados; en el caso de los mayores de 60 años, alcanza el 30 por ciento.
Sin embargo, eso no significa que la vacunación no funcione, si observamos los brotes entre vacunados: representan la minoría de entre todas las infecciones y ello, pese al gran número de personas vacunadas. Sólo viendo esa proporción, se aprecia que la vacunación sigue ofreciendo una alta protección. Lioba se vacunó hace 7 meses, lo que podría explicar su contagio. Pese a su experiencia, se vacunaría de nuevo. Lioba, ahora va paso a paso y tiene fe en recuperarse pronto y por completo.
Por: Deutsche Welle.
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