España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo enviaron este jueves una carta a la Comisión Europea (CE) cuestionando la propuesta de incluir el gas y la electricidad al mismo nivel que las fuentes de energía renovable en la taxonomía que prepara el Ejecutivo comunitario.
«La propuesta de la Comisión pone en riesgo la transición energética en la UE globalmente y pone en peligro la taxonomía al clasificar la energía nuclear como sostenible, garantizándoles de facto el mismo trato que tecnologías incuestionablemente verdes como la solar y la eólica», señalan los cuatro países firmantes.
La Comisión Europea trasladó a los países de la UE un borrador de su propuesta sobre la taxonomía, un sistema que está implementando Bruselas para orientar diferenciar las prácticas consideradas sostenibles de las que no lo son en 13 sectores económicos y orientar la inversión hacia las tecnologías verdes.
En lo que respecta a la energía, el borrador de la Comisión propone que ciertas plantas de generación eléctrica a partir de gas y las centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 se consideren sostenibles.
Francia lidera el bloque que aboga por recurrir a la energía nuclear, que apenas genera CO2 pero conlleva otros problemas como la seguridad o los residuos radiactivos, con el apoyo de países como República Checa, Hungría o Finlandia.
Alemania tampoco cree que la energía atómica deba considerarse sostenible, pero sí apuesta por el gas para transitar hacia una economía descarbonizada a mitad de siglo.
Y un tercer bloque de países, los firmantes de la carta, rechazan abiertamente ambas opciones y piden que no se le de el mismo trato a las renovables que al gas y a la nuclear.
«El borrador manda una señal equivocada a los mercados financieros y se arriesga a ser rechazado por los inversores», dicen España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo.
Agregan que, dado el amplio ciclo de vida de las instalaciones gasísticas o nucleares, incluirlas en la taxonomía «corre el riesgo de provocar un bloqueo tecnológico durante muchas décadas y desvía las inversiones de las energías renovables».
Señalan también que considerar como sostenibles las plantas de generación a partir de gas natural que emitan menos de 270 gramos equivalentes de CO2 por kilovatio hora se sitúa por encima de las recomendaciones de organismos como la Agencia Internacional de la Energía (AIE) o del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), entre otros puntos.
En el caso de la nuclear, critican que no cumple «en absoluto» el requisito de «no dañar significativamente al medio ambiente» que recoge la taxonomía, recuerdan graves accidentes como los de Chernóbil (1986) y Fukushima (2011) y subrayan que «en décadas» no habrá una forma limpia de deshacerse de los residuos radiactivos.
La carta se conoce en la víspera de que los ministros de Energía de los Veintisiete, junto a los titulares de Medioambiente, se reúnan en un consejo informal en Amiens, al norte de Francia, en el que se debatirá a puerta cerrada sobre la transición energética y las políticas climáticas de la UE.
La Comisión había dado hasta el día 21 de enero a los Estados miembros, el Parlamento Europeo y otras partes para analizar el borrador de la propuesta sobre la taxonomía y presentar objeciones.
El Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, puede rechazar la propuesta, pero para ello necesita formular objeciones por mayoría cualificada inversa reforzada, lo que significa que para oponerse al acto delegado se necesita al menos el 72 % de los Estados miembros (20) que representen, a su vez, al menos el 65 % de la población de la UE.
El Parlamento Europeo puede objetar por mayoría simple, es decir, por lo menos 353 diputados en el pleno.
Por: EFE.
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